Estados Unidos: De cómo los ‘drones’ protegerán la intimidad

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(Aeronoticias).- Durante casi todo el siglo XX, obtener imágenes aéreas eran difíciles y costosas. Ahora, gracias a los avances de sistemas no tripulados de aviación -puesto que a la gente del campo aeronáutico tiende a disgustarle el término «drone»-, se ha vuelto fácil y barato, lo que añade nuevos temas en materia de privacidad.

¿Por qué? Por la regulación en seguridad, la cual apunta a que las naves no sean un peligro en el espacio aéreo o para las personas y la propiedad, obviamente colocando restricciones en dónde y de qué manera dichas naves puedan ser operadas.

Desde el punto de vista de la Administración Federal de Aviación (FAA en inglés), el marco de la normativa apunta sólo a garantizar la seguridad, desde que el operador que no pueda ver la nave que el o ella está volando encuentre difícil «ver y evadir» otras aeronaves en la cercanía. Pero estas operaciones pueden proveer cierto grado de protección de la privacidad vía la exclusión excluyendo algunos de sus más potenciales abusos. Es difícil para un operador en frente de una casa mantener la vista mientras hace descender su aeronave no tripulada hacia el patio para obtener imágenes a nivel del ojo.

En tanto se incremente el uso de las aeronaves no tripuladas habrá inevitablemente instancias en la cual éstas sean operadas por individuos privados, paparazzis, compañías y agentes de la ley de maneras que incremente la preocupación por la privacidad. Determinando cuando ello viola nuestra privacidad iniciará una investigación para saber si dicha nave no tripulada fue operada según conformidad de la FAA.

Artículo de John Villasenor. Traducción libre y edición de Jair Emeterio.

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