(Aeronoticias).- Las intensas lluvias en Rio de Janeiro han causado hasta el momento que toneladas de barro rojo y torrentes de agua bajen con fuerza por las laderas montañosas en las afueras de la ciudad, donde sepultaron las casas de ricos y pobres por igual y mataron a 270 personas en un periodo de 24 horas.
Entre los desaparecidos se encuentran tres bomberos que fueron sepultados mientras intentaban rescatar víctimas en el municipio de Nova Friburgo, unos 160 kilómetros al noreste de la capital del estado.
La localidad más castigada es Teresópolis, donde el temporal se ha cobrado al menos 130 vidas y ha obligado a desalojar de sus casas en torno a 2.000 personas.
Varios barrios han quedado aislados y la ciudad permanece sin energía eléctrica, hasta el punto de que el alcalde, Jorge Mário Sedlacek, tuvo que comenzar a la luz de las velas la reunión con sus secretarios desde las cuatro de la madrugada. «Es la mayor catástrofe de la historia del municipio», aseguró el burgomaestre a una emisora local de TV Globo.