En medio de un escenario de incertidumbre, donde la moneda es inestable, las bolsas fluctúan sin control y las inversiones se han vuelto conservadoras, a pesar que las transnacionales seguirían esta tendencia en otros frente y no se rendirán en la búsqueda de nuevos negocios, los viajes de sus ejecutivos sí se verán afectados por estos recortes a corto plazo.
Según se afirmó aquellos hoteles que pretendan proporcionar al viajero una opción de relax frente al stress del trabajo, estarían cayendo en un error, ya que esto –en estos momentos de panorama agitado- al generar alzas en el precio, seria automáticamente considerado un lujo y por lo tanto, descartado -ya que el cliente en época de crisis, tiene en su propio plan de ahorro, recortes los lujos extra sin necesidad prioritaria-.
“El ocio cultural y el lujo se descarta y parece que gana el alojamiento en cadenas de hoteles con un nivel de servicio uniforme a sus diferentes establecimientos”. Esto a razón de los encuestados en Norteamérica y Asia-Pacifico, aclaró el informe.
Por último cabe destacar, que el 45 por ciento de los encuestados, tienen la fuerte idea que las tarifas son “totalmente decisivas” a la hora de elegir el hotel, mientras que el 36 por ciento considera este-el precio- como un “factor importante”.
Entonces podemos concluir que estamos ante un cambio contundente del panorama que venía reinando en el medio turístico de hotelería receptiva, los lujos se terminaron –al parecer- y sería necesaria una reestructuración con miras a una implementación de austeridad, y tarifas bajas para favorecer al turista y al viajero de negocios, para así poder mantener el mercado y el flujo, tan importante para no ensanchar más el bache en el que estamos.
