(Aeronoticias) Como todo 3 de mayo en todo el mundo se celebra el Día de la Libertad de Prensa, que cabe señalar fue consagrada en el año 1991 “para recordar al mundo la importancia de proteger los derechos fundamentales que son la libertad de expresión y la libertad de prensa, inscritos en el art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, según el mensaje del director general de la Unesco, Koichiro Matsuura.
En fecha como la de hoy de 1991, en Namibia, periodistas africanos establecieron las condiciones para la libertad de prensa, entre ellas el pluralismo e independencia de los medios. En octubre de ese mismo año, la Unesco pidió a la Asamblea General de las Naciones Unidas que el 3 de mayo se proclame como el Día de la Libertad de Prensa.
Es indiscutible que solo en libertad la prensa cumple su rol de informar con la mayor honestidad intelectual posible sobre lo que sucede en el mundo, para que la ciudadanía establezca sus criterios y asuma sus decisiones; igualmente, solo en libertad es posible el pluralismo y, por tanto, la oportunidad de los ciudadanos de elegir el medio al que le concede credibilidad y lo elige para informarse. Finalmente, solo la independencia concede la credibilidad. La libertad de prensa es base de la democracia y clave para la construcción de la paz, la justicia y el desarrollo.
La Declaración de Windhoex exhorta a los estados y gobiernos a garantizar constitucionalmente la libertad de prensa, porque en muchos países de gobiernos totalitarios persisten la represión, la persecución y los crímenes contra los periodistas.
Cabe aquí, una vez más, la frase de Luis A. de Bonald: “Un Estado puede ser agitado y conmovido por lo que la prensa diga, pero ese mismo Estado puede morir por lo que la prensa calle. Para el primer mal hay un remedio en las leyes; para el segundo, ninguno. Escoged, pues, entre la libertad y la muerte”. El Universo