¿Cuáles son los límites de la libertad de prensa?

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(Aeronoticias).- Las democracias occidentales son consideradas las guardianas de la libertad de prensa. Sin embargo, el escándalo de espionaje a periodistas en la agencia estadounidense AP parece indicar que controlar la labor periodística no es un tabú. ¿Cómo es la situación al respecto en Alemania?

El Gobierno de Washington recabó y recolectó datos de comunicaciones telefónicas de periodistas de la agencia Associated Press (AP), a través de los cuales es posible identificar a informantes. El ministro estadounidense de Justicia, Eric Holder, justificó el acto de espionaje diciendo que se había producido una grave filtración de información que podría haber representado una amenaza para la población de EE. UU.

Como es natural, los trabajadores de prensa están indignados, y no solo en EE. UU. En Alemania, la Asociación de Periodistas de Alemania (DJV) califica la acción de “un ataque a la libertad de prensa”, ya que resulta muy difícil hacer periodismo de investigación sin recurir a fuentes que puedan permanecer en el anonimato. Según expertos, es improbable que las autoridades alemanas pudieran tomar una medida de control semejante.

“Relevante para la seguridad”, un argumento común

“Una cosa así es impensable en Alemania”, señala el director de la filial de la DJV en Berlín, Michael Rediske, en entrevista con DW. El Tribunal Constitucional alemán, guardián de la ley fundamental, en la que está inscrita la liberta de prensa, la considera de suma importancia. Eso se refleja, por ejemplo, en el veredicto del caso “Cícero”, una revista cuyas oficinas fueron registradas debido a un artículo que contenía informaciones provenientes de un archivo de datos confidenciales. La publicación demandó a las autoridades por el allanamiento, y ganó el juicio.

En EE. UU., el temor a ataques terroristas también juega un papel importante en el manejo de la libertad de prensa, opina el experto en medios de comunicación Wolfgang Donsbach, de la Universidad Tecnológica de Dresde. Se trata de algo comprensible, si bien no justifica que, en una situación determinada, el Gobierno estadounidense recurra a medios como el espionaje a periodistas, dijo Donsbach a DW.

Cuando se trata de legitimar ese tipo de acciones, se habla a menudo de que hay en juego “informaciones relevantes para la seguridad”, como en el caso de AP. Un argumento que no es válido, según Michael Rediske, que también preside el departamento alemán de Reporteros sin Fronteras. “Si se trata de impedir un delito, los periodistas tienen la sensatez suficiente como para no publicar ciertas informaciones. Pero caracterizar a una información de relevante para la seguridad es una maniobra muy conocida de parte de las autoridades ”, asegura.

“Se debe mejorar la protección a periodistas”

En Alemania, cuando un periodista accede a información de personas que tienen acceso a datos confidenciales, tiene, en principio, derecho a publicarlos, dice Rediske. Los que pueden estar incurriendo en un delito son los informantes, razón por la cual éstos a menudo prefieren permanecer en el anonimato. Pero si los periodistas requieren a los informantes la entrega de documentos, “eso puede ser interpretado como una incitación a la traición, lo cual es punible. Pero es difícil delimitar si un periodista recibió documentos confidenciales o incitó a que se los entregaran”, explica Michael Rediske. En ese aspecto, aún se debe mejorar la protección a los trabajadores de prensa.

Una cosa es vigilar y allanar editoriales, pero el intento de influir en la cobertura informativa, es otra muy distinta. Siempre habrá casos en los que el portavoz de un político, o el mismo político, llamen a las redacciones para intentar que se cambie un informe, e incluso para evitar su publicación. Eso no representa, según el experto en medios Wolfgang Donsbach, un ataque a la libertad de prensa. “La libertad de prensa solo está en peligro cuando alguien pone bajo presión a periodistas y medios, y prohíbe hablar de esa presión”. Este no es el caso en Alemania. Ese tipo de sucesos trascienden rápidamente a la opinión pública, y se debaten en la sociedad. Michael Rediske hace hincapié en que es a los responsables de los medios de comunicación a quienes les toca defender la liberta de prensa. Si ceden a esa presión, son malos periodistas.

Alemania, en el puesto 17 de RSF

En la clasificación mundial de la liberta de prensa de Reporteros Sin Fronteras, Alemania ocupa el puesto Nr. 17 de 179 países. A la delantera van los países escandinavos, que cuentan con un mejor sistema de protección a informantes, aclara Rediske. EE. UU. está en el puesto 32 de la lista, también por la protección a informantes, que solo es garantizada de manera condicional, ya que allí juegan un rol clave los aspectos “relevantes para la seguridad”. Los jueces estadounidenses pueden condenar a prisión cautelar a aquellos periodistas que no quieren nombrar a sus informantes.

Autora: Jennifer Fraczek/ Cristina Papaleo

Editora: Claudia Herrera Pahl

Deutsche Welle.

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