(Aeronoticias).- Este 5 de abril diversos colectivos, agrupaciones feministas, jóvenes, figuras políticas, entre otros personajes se reunirán en una manifestación que rechaza la candidatura de Keiko Fujimori a la presidencia del Perú.
Alberto Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión por su responsabilidad en los delitos de asesinato con alevosía, secuestro agravado y lesiones graves.
Fue hallado culpable intelectual de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), cometidas por un escuadrón del ejército denominado el grupo “Colina”.
Resulta necesario recordar que durante su período de gobierno (1990 – 2000) realizó una serie de acciones contrarios a la defensa de los derechos humanos, una de ellas, con un reconocimiento importante por parte de las víctimas es el tema de las “esterilizaciones forzadas” como políticas de salubridad en el marco de los derechos reproductivos impulsados ideológicamente desde el gobierno fujimorista y avalado por distintas organizaciones feministas.
Por ello me llama la atención que este 5 de abril las voces del feminismo radical emitidos a través de “Las Manuelas”, Demus, Flora Tristán y otros, se manifiesten detrás de campañas rasgándose las vestiduras y criticando la candidatura naranja.
¿Acaso ya olvidaron su plena participación en la denominada «Mesa Tripartita» de los años 90?
La memoria a veces es frágil, sin embargo los documentos de USAID con los ingresos económicos recibidos por algunas instituciones feministas y su coactiva participación en conjunto con el gobierno de Alberto Fujimori nos refresca la mente y sobre todo les quita esa careta de falsa victimización.
Y es que ahora muchos de estos colectivos feministas exigen reparaciones civiles cuando en su momento defendieron con total entereza aquellas campañas que más tarde dejarían estériles a miles de mujeres peruanas habiendo negado así, su derecho a ser madres.
Ahora le dan la espalda al pasado gobierno, se lavan las manos a modo de Pilatos como si no hubiese pasado nada. Y actúan como si los peruanos sufriéramos de amnesia política. Tal vez, en parte, es cierto. Los peruanos olvidamos rápido y corremos el riesgo de repetir los mismos errores de nuestra historia pero aún así existen personas que no se tragan ningún cuento y saben defender la vida y la maternidad; en una palabra, la dignidad de toda persona humana.
Es necesario crear en nuestro subconsciente una ‘persistencia de la memoria’ que nos permita enfrentar estos oscuros rostros del feminismo en el Perú.
Pues hoy, una vez más, se apropian de estas denuncias (esterilizaciones forzadas) con intereses políticos olvidando que ellas mismas trabajaron con el Gobierno que ahora denuncian y que por años fueron cómplices con su ilegítimo silencio.
La dignidad de nuestras campesinas no tiene precio ni nombre de campaña. El respeto por la vida de las mujeres no se reduce a algún método de esterilización por el simple hecho de ser pobres.
El verdadero feminismo valiente y tradicional no esteriliza ni asesina mujeres pobres y mucho menos es cómplice de un gobierno de turno que apagó la ilusión de aquellas peruanas de tener algún día un pequeño entre sus brazos.
Fuentes de apoyo: Population Research Institute / Persistencia de la Memoria y Feminismo en el Perú (Maruja Barrig)