«Cuando hablamos por teléfono esta mañana y me dijiste que te parecía que no estaba bien de ánimo, tenías razón. Mis pulsiones suicidas han vuelto y he decidido hacerlo esta noche», escribió la muchacha que se arrojó desde un cuarto piso. Veintitrés empleados de France Telecom se suicidaron desde febrero de 2008. Los sindicatos lo atribuyen al estrés del trabajo y los planes de reestructuración.
«Por supuesto, mi jefe no sabe nada pero seré la empleada número 23 que se suicida. No acepto la nueva reorganización del servicio. Van a cambiar a mi jefe y para tener al que voy a tener, prefiero morirme», agrega. «Dejo mi bolso con los teléfonos y las llaves en mi oficina. Sólo me llevaré conmigo mi tarjeta de donante de órganos…nunca se sabe», escribió.
Este mensaje electrónico, que el padre de Stephanie entregó a París Match, fue enviado a las 17H10 del viernes pasado. Minutos después, la joven pasó al acto. Gravemente herida, murió tras dos horas de agonía según sus colegas que fueron testigos de la tragedia. El martes pasado, presionado por el gobierno francés, France Telecom prometió cambiar sus métodos de gestión para frenar esta «espiral terrible» de suicidios.