(Aeronoticias) Las autoridades de Nueva Zelanda han confirmado la muerte de 98 personas y la desaparición de 300 más tras las 48 horas transcurridas después del fatal terremoto de 6,3 grados Richter que asoló Christchurch, al sur del país.
Las tareas de búsqueda de víctimas continúan, a pesar de que cada vez restan menos esperanzas de encontrar a más personas aún con vida bajo los escombros. John Key, primer ministro del país, que ayer declaró el primer estado de emergencia nacional en la historia del país, afirmó: “No debemos perder las esperanzas, pero hay que ser realistas”.
Varios equipos de rescate, algunos incluso llegados de Japón, continúan la búsqueda, asistidos por perros adiestrados. El caso más grave es el de la sede de una emisora local de televisión, que se derrumbó dejando atrapadas a entre 50 y 100 personas, entre estudiantes, periodistas y agentes policiales.
El estado de emergencia declarado por el gobierno conlleva el toque de queda en la noche, para evitar que se produzcan saqueos en la ciudad aprovechando la situación, así como para prevenir nuevos accidentes provocados por derrumbes ocasionales de edificios dañados previamente por el sismo.
También se inician las obras de reparación de los daños causados por el terremoto, ya que, a día de hoy, la mayor parte de los distritos de Christchurch continúan sin electricidad ni agua potable. La reparación de estos servicios básicos es prioritaria y el gobierno ya está dirigiendo fondos para estas labores.