(Aeronoticias).- El nuevo paquete de ayuda para Grecia debe ser aprobado no sólo por el Parlamento alemán, sino también por otros parlamentos de la eurozona, y sólo será posible si el FMI da luz verde a mediados de marzo.
Los diputados alemanes realizarán este lunes, 27 de febrero, una votación acerca del segundo paquete de ayuda para Grecia. Pero no votan una ley, sino una resolución en la que se expresa la voluntad de aprobar el paquete de ayuda financiera heleno. Técnicamente, el paquete aún no está del todo listo, ya que, según comunicó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, al Parlamento germano, aún no es posible determinar el monto exacto de los créditos necesarios para que Grecia pueda respirar con algo más de alivio durante un lapso de tres años.
Hasta ahora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) no ha asegurado su participación en el paquete de 130.000 millones de euros para Grecia. La presidenta del FMI, Christine Lagarde, explicó que una participación del FMI sólo será posible cuando quede claro el monto con el que los acreedores privados condonarán la deuda griega.
Recorte de acreedores privados
Según lo planificado por los ministros de Finanzas de los 17 Estados miembros, el recorte de la deuda aliviará a los griegos en cerca de 100.000 millones de euros. El plazo que tienen los bancos, las aseguradoras y los fondos hedge para cambiar sus bonos públicos griegos fue fijado por el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, en el 12 de marzo. Si el recorte de deuda tiene éxito, el FMI planea participar con cerca del un 10 por ciento, es decir, con 13.000 millones de euros, lo cual decidirá ese organismo a mediados de marzo. En el primer paquete para Grecia, de 110.000 millones de euros, el FMI había participado con un 30 por ciento. EE. UU., el principal contribuyente del FMI, ven el accionar de Europa con escepticismo y exige que Europa colabore con más recursos propios para salvar al euro.
Además de la posible participación del FMI, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) garantiza a Grecia el pago de 117.000 millones de euros en los próximos tres años. La participación de Alemania, de acuerdo con su contribución al FEEF, será del 29 por ciento, es decir, 34.000 millones de euros. La concesión de crédito ya fue aprobada por el Parlamento alemán durante la ampliación del fondo europeo de rescate, en septiembre de 2011, y la suma no aumentará.
Ahora lo que cuenta es el hecho concreto de otorgar el crédito a un país determinado. Es decir, que no se necesitan nuevas promesas de concesión de crédito para el FEEF. Pero el Parlamento alemán se reservó el derecho de aprobar cada nueva operación del FEEF, y eso es justamente lo que comenzará a hacer el próximo lunes. Según Wolfgang Bosbach, diputado de la Unión Cristianodemócrata (CDU), en entrevista con el canal alemán ZDF, “a Grecia no le faltan concesiones de crédito. Lo que le falta es poder económico, competitividad y una administración eficiente. Me temo que así no se podrán solucionar los problemas de Grecia a largo plazo”.
Un apuro que no es necesario
El nuevo paquete de ayuda para Grecia no debe estar listo necesariamente antes del 20 de marzo. Ese día vence el plazo de alrededor de 14.000 millones de euros de antiguos bonos griegos, que podrían pagarse también del primer paquete de ayuda para Grecia. De los 110.000 millones de euros aprobados originalmente se pagaron 73.000 millones de euros, es decir, que quedan todavía 37.000 millones de euros a disposición. Esa suma se deberá utilizar en primer lugar, según confirma el experto de la fracción de la CDU en el Parlamento, Norbert Barthle. Y luego entra en juego el segundo paquete de rescate sobre el que ahora se discute y se votará. Pero en estos momentos es improbable que Grecia caiga en bancarrota. El peligro es, según Wolfgang Bosbach, que con este rescate se esté comprando otra vez tiempo y que, finalmente, se plantee la necesidad de un nuevo paquete de ayuda, algo que el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, no descarta. El eurogrupo planea al menos ocho pasos más en el saneamiento de la economía griega, y el segundo paquete alcanza únicamente para los próximos tres años. Sólo con un repunte económico sería posible que cierren las cifras griegas.
Aprobación de varios parlamentos europeos
La aprobación de Alemania del segundo paquete de rescate para Grecia es decisiva, ya que Alemania es el mayor contribuyente del FEEF y carga, por tanto, con el mayor riesgo en caso de que la economía helena caiga en cesación de pago.
Francia ya dio su aprobación a la medida, lo mismo que Estonia, que contribuye sólo con un 0,27 por ciento al FEEF. Aún se aguarda una votación del Parlamento italiano. Y Holanda podría ser un obstáculo debido a las reservas que tiene su Parlamento respecto del rumbo del salvataje griego. También el Parlamento de Finlandia es algo escéptico. El ministro europeo de ese país, Alexander Stubb, dijo durante una conferencia en Bruselas que los finlandeses están horrorizados por la crisis de deuda griega, ya que hasta ahora creían en el juego justo y en los principios europeos. También se esperan las votaciones de los parlamentos de Eslovaquia, Chipre, Malta y Portugal. Desde el punto de vista jurídico, no se necesitan resoluciones de otros países de la eurozona.
Controles más estrictos para Grecia
Para el segundo paquete de ayuda financiera, Grecia se compromete a llevar a cabo nuevas medidas de austeridad y aprueba una mayor vigilancia en el manejo de su presupuesto. Los ministerios griegos, los pagos también serán controlados, a partir de ahora, por la Comisión de la Unión Europea, según confirmó el comisario de Asuntos Monetarios de la UE, Olli Rehn, en Bruselas. Al mismo tiempo, se planea contribuir con la formación de una administración impositiva más eficiente. De ese modo, la UE tendrá un doble rol, “de mediadora, de supervisora de las arcas estatales, y también de entrenadora”, dijo Rehn. Además, agregó, se ha creado una cuenta especial para que los créditos europeos de rescate no se pierdan en el presupuesto general del Gobierno de Atenas. Tal renuncia a la soberanía nacional en el aspecto presupuestario es peligrosa, opina Guntram B. Wolff, experto del thinktank “Bruegel”, de Bruselas. “Es algo arriesgado desde el punto de vista de la estrategia política. Los griegos lo aceptan ahora porque están entre la espada y la pared. Pero en el futuro, eso puede cambiar, por ejemplo, luego de las elecciones parlamentarias de abril”, ya que entonces todo el paquete de rescate podría ser puesto sobre el tapete una vez más, porque la cuenta especial se podría considerar antidemocrática, señala Wolff.
Renuncia a intereses
Junto con el fondo europeo de rescate y el FMI, también participan en el salvataje de Grecia el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos emisores de moneda de la eurozona. Los países de la zona euro que había otorgado crédito a Atenas reducen la tasa de interés de los mismos y prolongan su plazo de vencimiento. Es decir, que renuncian a obtener beneficios. Las ganancias que hizo el BCE a través de la compra de bonos griegos volverán por otra vía a Grecia. También allí los contribuyentes del BCE, es decir, los países de la eurozona, renuncian a obtener beneficios. Expertos del Barclays Bank, de Londres, estiman que la suma que se le condonará así a Grecia será de cerca de 12.000 millones de euros. Pero el ministro alemán de Finanzas también se beneficia indirectamente de la crisis. Los costos de la emisión de bonos públicos alemanes bajaron a niveles récord. Es decir, que el contribuyente alemán se ahorra los intereses para nuevas deudas que debería pagar a la eurozona, aun si no existiera la crisis financiera.
Autor: Bernd Riegert/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina Valencia
Deutsche Welle / Foto: dapd