Fue la gota que colmó el vaso. La Unión Europea anunció que la próxima semana revelará su tercera «gran ofensiva» contra las agencias de calificación desde que comenzó la crisis financiera. Esta vez, las tres grandes agencias podrían recibir un golpe directo. La polémica por la fallida rebaja de la deuda soberana francesa por parte de Standard & Poor’s es el último incidente protagonizado por lo que muchos políticos consideran como un oligopolio, que ha formentado y exacerbado las turbulencias en los mercados financieros. «Esto refuerza mi convicción de que Europa debe tener una regulación rigurosa, estricta y sólida para las agencias de calificación de crédito», afirmó el comisario europeo de Mercado Interno y Servicios, Michel Barnier, que ha preparado el borrador de la ley que se preve, será aprobada el martes.
Barnier adelantó que uno de los elementos de la nueva ley será el marco de responsabilidad civil para los casos de faltas graves o negligencias severas. Los veintisiete aprobaron ya dos normas, una obliga a las agencias a pedir autorización y otra les obliga a dar parte a un nuevo regulador europeo. Pero la última intenta acabar con el dominio mundial de las tres grandes agencias, S&P, Mood’s y Fitch Ratings.
Pese a que sólo unos cuantos bancos y empresas, suscriptores de la agencia calificadora Standard & Poors, recibieron un mensaje en el que se informaba sobre la reducción en la calificación crediticia gala, la noticia corrió como pólvora, provocando incertidumbre en los mercados financieros. Francia, Alemania y Holanda son los únicos tres países europeos que cuentan con la mejor calificación AAA. La información fue corregida dos horas después y la agencia se disculpó por el lamentable error. Pero el daño ya estaba hecho.
En teoría las perspectivas económicas galas son de estabilidad, de no ser por que los bancos más importantes se encuentran sumamente expuestos por contar con un alto volumen de bonos soberanos griegos en su cartera. El error tampoco supone que Francia se encuentre bajo observación, pero las autoridades galas no escondieron su molestia. La autoridad francesa de supervisión bursátil AMF anunció medidas legales y confirmó la apertura de una investigación en torno al incidente, en respuesta a la demanda del ministro de Finanzas, Francois Baroin.
Piden una sanción fuerte
“El Gobierno no sólo debe exigir una disculpa, sino una sanción extremadamente fuerte”, dijo por su parte el economista francés Christian Saint-Etienne a la cadena de televisión BFM. Por temores a perder su calificación estrella París acababa de confrontar a la población con dos paquetes de ahorro en el transcurso de tres meses. En octubre pasado la agencia Moody’s hizo una advertencia a las autoridades galas sobre el peligro de una reducción en la calificación crediticia de no reducir el Estado galo su nivel de endeudamiento.
Mientras que el Gobierno hacía todo para contrarrestar los rumores, el “error técnico” de Standard & Poor’s ha alimentado especulaciones sobre una formulación de la reducción crediticia gala que se encuentra listo en algún cajón. El ex asesor presidencial y economista Jacques Attali considera que el país ha perdido “de facto” su calificación estrella. “No nos engañemos. En los mercados financieros la deuda francesa ya no tienen ningún AAA”, dijo Attali.
No es la primera vez que sucede
Pese a todo el enojo que provoca el poder de las agencias de calificación en Francia, donde no es la primera vez que los rumores golpean la credibilidad crediticia de la segunda mayor economía europea, lo decisivo, aseguran expertos no puede ser ignorado. El nuevo endeudamiento del país galo es equivalente al doble de Italia. Poco antes de la conmoción que provocó el error de Standard & Poor’s la Comisión Europea había instado al Gobierno francés a implementar rápidamente el programa de ahorro para corregir el excesivo déficit en el gasto público. Visto desde esta perspectiva, tal vez el error de la agencia calificadora haya sido el balde de agua fría que París necesitaba para tomar el asunto en serio.
Autora: Eva Usi
Editor: Enrique López
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