(Aeronoticias).– «Se ha comprobado el efecto contaminante de estas pinturas en el entorno marino-costero debido a una malformación que sufren las hembras de la especie Nucella lapillus (caracol)», informó la institución educativa.
El tributo de estaño (TBT), prohibido por la Organización Marítima Internacional (OIM) desde 2013, «altera el comportamiento hormonal del caracol y evita que pueda regular su testosterona», dijo Néstor Campos, director del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos de la universidad y director del estudio.
«La anomalía se presenta en su morfología externa, pues superpone caracteres sexuales masculinos: crece un pseudopene y se desarrolla un conducto deferente», detalla el texto.
Al ser una especie hermafrodita, la pérdida de testosterona impide al caracol desarrollar su órgano femenino, lo que limita su capacidad productiva y provoca incluso su esterilidad, explicaron los investigadores.
Entre las otras especies afectadas por el TBT, los científicos identificaron ostras, vertebrados acuáticos y moluscos.
Las zonas de mayor impacto de la contaminación con este componente son las áreas portuarias como Cartagena o Santa Marta, indicaron.
Colombia incumple la prohibición de la OIM, según el comunicado de la mencionada universidad, que destaca que el uso de TBT es frecuente en sus astilleros. «El país está en mora de crear un mecanismo legal que le permita ejercer un control efectivo y proteger dicha especie», apuntó.
Los crustáceos se adhieren a los cascos de las embarcaciones, lo que ralentiza la navegación y aumenta el consumo de combustible. Los astilleros utilizan estos productos contaminantes para repelerlos, asegura el documento.
Los científicos apuntaron que el fenómeno no tiene consecuencias en los alimentos provenientes del mar, pero expresaron su preocupación por el impacto de este material en los ecosistemas marinos.
Fuente: El Comercio.