Los rescatistas recuperaron el domingo siete cadáveres y los restos de un helicóptero que cayó al río Hudson, al tiempo que la policía localizó los escombros de una avioneta que chocó con él. Los investigadores prosiguieron también con la búsqueda de fotografías y videograbaciones del accidente que fue observado por miles de personas mientras disfrutaban de un soleado día de verano.
Nueve personas murieron en el percance del sábado: tres miembros de una familia de Pensilvania que iban en el avión privado, cinco turistas italianos y el piloto del helicóptero de la empresa Liberty Tours. Entre las víctimas había tres adolescentes. Se trató del peor desastre aéreo de la ciudad desde que un avión comercial se estrelló en el barrio neoyorquino de Queens en el 2001, donde murieron 265 personas.
El alcalde Michael Bloomberg dijo que un quinto cuerpo también fue recuperado el domingo. Los primeros tres cuerpos fueron hallados el sábado. Una grúa del Cuerpo de Ingenieros del ejército sacó del agua los restos del helicóptero de una profundidad de nueve metros (30 pies). Por otro lado, la policía de la ciudad de Nueva York indicó que por medio de un sonar se encontraron los escombros de la avioneta un poco más al norte de donde cayó el helicóptero, cerca de Hoboken. Otros restos de esta última nave fueron hallados más adelante en el agua, a unos 15 metros (50 pies) de profundidad.
La presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, Debbie Hersman, dijo que el piloto de otro helicóptero que volaba cerca en el momento del accidente vio al avión aproximándose al helicóptero impactado e intentó prevenir a su piloto. «Le habló por radio al helicóptero que sufrió el accidente y le dijo: ‘Tienes un ala fija detrás de ti’, pero no hubo respuesta del piloto», dijo Hersman.
Entonces el piloto vio cómo el ala derecha del avión chocó con el helicóptero y ambas aeronaves cayeron separadamente en el río, al sur del estrecho donde un avión de US Airways acuatizó exitosamente hace siete meses. En esta ocasión, sin embargo, no hubo un milagro. Bloomberg dijo que el tras el choque aéreo era prácticamente imposible que hubiese supervivientes.
Los testigos describieron la misma escena: una avioneta que volaba a baja altura y se estrelló contra el helicóptero. Luego pedazos de las aeronaves salieron en todas direcciones. Un ala del avión quedó partida por el impacto. Las autoridades de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) dijeron que la avioneta, una Piper PA-32, partió del aeropuerto de Teterboro en Nueva Jersey, y que el helicóptero, un Eurocopter AS 350, era propiedad de Liberty Tours, una empresa dedicada a vuelos turísticos y de alquiler.
Posteriormente la compañía Liberty Helicopters dio a conocer el nombre del piloto del helicóptero que cayó: Jeremy Clarke. El piloto de la avioneta era Steven Altman, de 60 años, dijeron a la AP dos funcionarios policiales. Lo acompañaban Daniel Altman, de 49 años, y su hijo Douglas. Los cinco turistas venían del área de Bologna, Italia. Los dos policías los identificaron como Michele Norelli, de 51 años; su hijo Filippo Norelli, de 16; Fabio Gallazzi, de 49; su esposa, Tiziana Pedroni, de 44; y el hijo de ambos, Giacomo Gallazzi, de 15.