La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, anunció el envío de un proyecto de ley al Congreso de su país para formalizar la reestatización de las compañías Aerolíneas Argentinas y Austral, que estuvieron en manos del grupo español Marsans.
La decisión de la gobernante argentina contó con el apoyo de los trabajadores aeronáuticos que acudieron hasta la Plaza de Mayo para tal fin, mientras que Cristina Fernández en el Salón Blanco de la Casa Rosada anunciaba que "la decisión exige la participación activa del Congreso como le corresponde por ley y, además, porque debemos disponer de sumas para poner en valor a la empresa para, luego, plantear a través de mecanismos licitatorios transparentes la incorporación de capital privado. Creemos en la articulación de lo público y lo privado para hacer grande a esta empresa", expresó.
Asimismo dijo que le hubiera gustado que los "que adquirieron la empresa hubieran podido llevar adelante la operación exitosa". Sin embargo, respaldó la "dura" descripción brindada previamente por el ministro de Planificación, Julio De Vido, sobre la situación de la compañía y aseguró que "el Estado se vio obligado a tomar la decisión para garantizar la subsistencia de la empresa".
"La decisión exige la participación activa del Congreso como le corresponde por ley y, además, porque debemos disponer de sumas para poner en valor a la empresa para, luego, plantear a través de mecanismos licitatorios transparentes la incorporación de capital privado. Creemos en la articulación de lo público y lo privado para hacer grande a esta empresa", sostuvo la primera mandataria.
Una buena prestación del servicio
Detalló que la única forma de garantizar que no penetren los discursos privatizadores que acapararon la opinión pública durante la década de los 90 es brindar una buena prestación.
Para cerrar, la presidenta se dirigió a los trabajadores de la aerolínea para solicitarles "la participación activa y positiva porque son los únicos que pueden recuperar al cliente", cumpliendo los horarios y el normal funcionamiento. A cambio, les prometió facilitarle los instrumentos para que colaboren con el "salvataje" de la compañía.
"Es necesario que pongamos el esfuerzo de todos en la misma dirección, pensando en los usuarios argentinos y extranjeros. Duplicamos la cantidad de turistas de 2 millones a 4 millones. El 7,7 del Producto Bruto Interno es resultado del turismo en sus diversas actividades. Es clave tener un servicio de calidad y eficiencia para no perder todo lo que hemos ganado como destino turístico. Estoy convencida de que lo vamos a poder hacer porque los argentinos más allá de las dificultades y las diferencias somos inteligentes y vamos a privilegiar los intereses del país", concluyó Fernández.
Antes de las palabras presidenciales, el ministro de Planificación federal, Julio De Vido, manifestó que la Presidenta "espera de quienes nos toca administrar a Aerolíneas Argentinas, la máxima entrega y el máximo compromiso". "El desafío es importante pero lo afrontaremos como hombres y mujeres de coraje", prometió.
"Es de conocimiento que la extrema iliquidez y el abultado endeudamiento de la empresa le impedía adquirir mayor crédito para afrontar sus obligaciones, principalmente salariales. El Estado nacional no dudó en intervenir para garantizar el normal funcionamiento de los vuelos comprometidos por ARSA y Austral", afirmó el funcionario, quien luego repasó la "crónica del fracaso anunciado" en referencia a la historia de la privatización de una empresa que solía estar al servicio público y que "hoy no existe".
Del acto, participaron sindicalistas, empresarios y distintos funcionarios como el presidente previsional del Senado, José Pampuro; el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner; el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; la ministra de Defensa, Nilda Garré, entre otros funcionarios. El gran ausente: el vicepresidente Julio Cobos.
También estaba presente el nuevo gerente general de la empresa será Julio Alak, quien actualmente se desempeñaba como representante del Estado en el directorio de la compañía.
Esta mañana el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, y los directivos del grupo español Marsans, accionista principal de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas, y representantes de los gremios aeronáuticos firmaron el acta por la que se acuerda el traspaso del cien por ciento de las acciones de ambas compañías al Estado argentino.
La firma del acuerdo se concretó en una reunión realizada en ámbitos del Ministerio de Planificación, con la presencia del secretario de Transporte, Ricardo Jaime; del embajador de España en la Argentina, Rafael Estrella, y de Gonzalo Pascual Arias y Gerardo Díaz Ferrán, por Marsans.
A partir de la firma de este convenio, una comisión integrada por representantes del Gobierno y del grupo empresario realizará en un plazo máximo de 60 días los estudios pertinentes para la valuación de los activos de las compañías, a fin de determinar el precio de las acciones.
Precio a pagar y nueva empresa estatal
Según diversos medios de comunicación argentinos, queda por delante ahora dos arduas discusiones: el precio de las dos empresas a pagarle a su principal accionista, y la ley que se enviará al Congreso para establecer el nuevo modelo de empresa estatal.
El desembarco kirchnerista en las dos aerolíneas más grandes del país no será fácil. Primero habrá que valuar dos empresas que arrastran un pasivo de más de u$s 900 millones y en aumento. Asimismo, no abundan los expertos en el país en fijar el precio de una aerolínea, con el condimento de alza permanente de costos que, sin duda, afecta el número final.
El Gobierno se valdrá para esta tarea del Tribunal de Tasación, que es muy probable que contrate la asesoría de una universidad. Por su parte, Marsans contratará a las firmas Deloitte y el banco JP Morgan, experto en fusiones y adquisiciones.