El nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab, de 23 años y acusado de tratar de hacer estallar un avión que volaba entre Ámsterdam y Detroit el día de Navidad, se declaró ayer ante un juez de Michigan, inocente de los cargos en su contra por el frustrado incidente que reavivó la alarma de seguridad mundial y que lo podría llevar a pasar el resto de su vida en prisión.
Abdulmutallab compareció durante unos minutos ante el juez Mark Randon para escuchar los seis cargos que se le atribuyen por el intento de atentado, el más grave de ellos la pretensión de uso de armas de destrucción masiva.
El nigeriano, vestido con una camiseta blanca, pantalones caqui y tenis, se mantuvo prácticamente en silencio durante su comparecencia, aunque respondió a algunas preguntas del juez.
Entre otros cargos, Abdulmutallab está acusado de tratar de detonar en el interior del vuelo de Northwest un arma de destrucción masiva, en concreto un artefacto explosivo de construcción casera que llevaba escondido en su ropa interior.