(Aeronoticias).- Según el reporte de PhoCus Wright, una firma de turismo, los usuarios del transporte aéreo inicialmente no recibieron con «dulzura» cualquier cargo extra que tuvieran que pagar por las maletas registradas o por el uso de asientos más grandes, frente a la adaptación que ahora muestran, cinco años después.
Cualquier beneficio por el cual el pasajero pueda sentirse más cómodo -la necesidad de registrar una maleta, tomar determinado asiento, llegar primero a la nave, el uso del Wi-Fi, adquirir comida fuera de lo que te ofrece la aerolínea- tiene un coste que las personas, progresivamente, han aceptado. En cifras: Durante 2010, un 28% de pasajeros decidieron pagar por un bocadillo, frente al 40% durante 2012.
Así, en 2010 7 de cada 50 pasajeros decidió pagar una tarifa extra por tener espacio extra para sus piernas, cuando en 2012 1 de cada 4 pasajeros sí desembolsó para tener ese privilegio, mientras que el acceso al salón del aeropuerto -airport lounge- creció de 9% a 17% en ambas fechas.
Con información de Yahoo.