La organización separatista vasca hizo estallar esta madrugada una furgoneta bomba con 200 kilos de explosivos en un cuartel de la Guardia Civil, donde dormían 120 personas, entre ellas 41 niños.
A dos días de que se cumplan 50 años de su fundación, ETA intentó hoy perpetrar una masacre en un cuartel de la policía en el que dormían 120 personas, entre ellas 41 niños. La organización separatista vasca hizo estallar esta madrugada una furgoneta bomba con al menos 200 kilos de explosivos junto a la casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos, en el norte de España.
Resultaron heridas 65 personas, todas ellas con carácter leve y que, tras ser atendidas la mayoría en un hospital, ya fueron dadas de alta a primera hora de la tarde. El edificio de 14 plantas quedó gravemente dañado y sus primeros pisos, destrozados. «Fue un gran atentado fallido que buscaba víctimas mortales», aseguró el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras visitar el lugar del ataque terrorista.
No hubo llamada de advertencia y cuando el vehículo explotó a las 04:00 horas (02:00 GMT), junto a la parte trasera de la casa cuartel, los guardias civiles y sus familias dormían en sus camas sin haber podido ser desalojados. «No era un atentado sólo contra la Guardia Civil, que ya de por sí es detestable, es un atentado pensado para hacer daño a sus familias, lo que le da un aspecto especialmente canalla», manifestó el ministro del Interior. «ETA ha visitado Burgos con intención de matar y de hacer el mayor daño posible», dijo por su parte el presidente del gobierno regional de Castilla y León, Juan Vicente Herrera. Todos los partidos con representación parlamentaria condenaron el atentado, no así la izquierda independentista radical vasca, cuyas formaciones han ido siendo ilegalizadas por la Justicia española por formar parte del entramado etarra. En un comunicado, la izquierda proetarra aseguró que el atentado de hoy muestra que la derrota policial de ETA es «una quimera».
La explosión dejó un cráter de siete metros de diámetro y metro y medio de profundidad. La onda expansiva causó también cuantiosos daños en edificios cercanos y destrozó vehículos que se encontraban aparcados en las inmediaciones del lugar en el que los terroristas dejaron la furgoneta, probablemente la tarde anterior. Según explicó Rubalcaba, la furgoneta bomba tenía matrícula «doblada» de Burgos, por lo que no llamó la atención de los agentes cuando fue aparcada junto a la casa cuartel. El vehículo podría haber sido robado en Francia en los últimos días, indicó.
Las fuerzas de seguridad españolas se encontraban en alerta por la posibilidad de que ETA perpetrase un atentado semejante de cara a los 50 años de su fundación, que se cumplen el viernes y por los que en el País Vasco se han convocado algunos actos de homenaje a etarras que han disgustado a las víctimas del terrorismo.Según medios españoles, las fuerzas de seguridad buscan desde hace días por el país tres furgonetas que ETA podría tener listas para atentar.
La casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos era objetivo de ETA desde hace tiempo. Tras la desarticulación del «comando Vizcaya» en julio de 2008, las investigaciones constataron que había realizado informes sobre el edificio con el objetivo de atentar contra él. Las vacaciones de verano pueden haber evitado un peor desenlace del atentado. En la casa cuartel viven 90 familias, de las que sin embargo algo menos de la mitad, 43, se encontraban estos días en casa. El resto se había marchado de vacaciones. Las casas cuarteles de la Guardia Civil han sido objetivo recurrente de ETA a lo largo de su medio siglo de existencias y contra ellas ha perpetrado algunos de los atentados más sangrientos.
De hecho, a lo largo de los 50 años de existencia de ETA, las dependencias de la Guardia Civil han sufrido 89 atentados, que han dejado 33 muertos y casi 300 heridos. En su pretensión de lograr un País Vasco independiente de España , ETA ha matado a 856 personas. El atentado anterior al de hoy lo cometió el 9 de julio, cuando estalló una bomba en la sede que el Partido Socialista en el País Vasco (PSE) tiene en la localidad de Durango, sin que se registraran víctimas. Días antes, el 19 de junio, mató al policía nacional Eduardo Puelles haciendo explotar una bomba lapa en su coche cerca de Bilbao.