Una amplia selección de 2.000 variedades y 900 kilos de flores para crear cremas espectaculares

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(Aeronoticias): En Gaujacq, un pequeño pueblo francés situado a 80 kilómetros al este de Bayona, se encuentra un jardín botánico de cinco hectáreas dedicado exclusivamente a la camelia. El paisaje que rodea este lugar es digno de un cuento de hadas, con un castillo del siglo XVII en lo alto de las colinas del Bearne y a orillas del río Adur.

Jean Thoby, uno de los mayores expertos mundiales en esta hermosa flor que tanto cautivaba a Gabrielle Chanel, describe las condiciones ideales de esta región: una influencia marítima, montañas en el horizonte, precipitaciones distribuidas a lo largo de todas las estaciones y un suelo ácido que las camelias adoran. Proveniente de una familia de larga tradición en el campo de la botánica, Jean Thoby se dedica actualmente a la conservación de las camelias, así como a la investigación de nuevas especies, habiendo acumulado ya más de 2.000 variedades diferentes.

El proyecto inició hace varios años, cuando un grupo de científicos y agricultores se unieron para explorar las propiedades beneficiosas de distintas flores en el cuidado de la piel. Tras exhaustivas investigaciones y pruebas, lograron identificar alrededor de 2.000 variedades de flores que poseen propiedades hidratantes, rejuvenecedoras y antiinflamatorias.

La granja, que ocupa varias hectáreas de terreno, cuenta con invernaderos especializados para cada tipo de flor. De esta manera, se aseguran de que las plantas reciban los cuidados adecuados para que florezcan en su máximo esplendor y conserven todas sus propiedades.

La recolección de las flores se realiza de forma manual, con todo el cuidado y delicadeza necesarios para no dañarlas. Luego, son transportadas a un laboratorio donde se extraen los principios activos que serán utilizados en la fabricación de las cremas.

El proceso de fabricación es completamente artesanal, y se utiliza únicamente ingredientes naturales y libres de químicos agresivos. Cada flor es procesada de manera individual y se selecciona cuidadosamente la cantidad de principios activos que se añadirán a la crema, con el fin de obtener los mejores resultados.

Además, la granja se enorgullece de su compromiso con el medio ambiente. Utilizan técnicas de cultivo sostenible y reciclan el agua utilizada en los invernaderos. Además, colaboran con organizaciones locales de protección de la flora autóctona y fomentan la conservación de las especies en peligro de extinción.

Esta innovadora iniciativa ha logrado llamar la atención Cde muchos consumidores que buscan productos de belleza naturales y respetuosos con el medio ambiente. Las cremas elaboradas a partir de estas flores se han convertido en un auténtico éxito, tanto a nivel nacional como internacional.

La granja espera seguir expandiendo su producción y seguir investigando sobre las propiedades de las flores para seguir ofreciendo productos de alta calidad y beneficiosos para la piel. Además, planean abrir un centro de visitantes para que los amantes de la naturaleza puedan conocer el proceso de fabricación de las cremas y disfrutar de la belleza de las flores en su entorno natural.

Fuente: El País

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