VivaAerobus: Tres mensajes fatales tras los escándalos

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(Aeronoticias).- A unas semanas de los dos escándalos que envolvieron a la aerolínea mexicana VivaAerobus, en la cual uno de sus empleados -o trabajador tercerizado- fue golpeado durante una queja de los pasajeros, y otro en el que una senadora exigió ingresar a su vuelo a pesar de llegar tarde, se observan -gracias a la observación de Jorge Avila– tres fallos en la conducta de la aerolínea low-cost, al menos en los mensajes que da a sus clientes.

No te burles, cabrón

Bastó que el trabajador de VivaAerobus expresara «Uy, que miedo» para que los ánimos de los clientes llegaran a niveles de comprensible furia. Cuando el bofetón de la cliente llegó a ojos de los desesperados usuarios por la tardanza del vuelo, el asunto llegó a otro nivel -más cuando un segundo ataca a traición-.

Con un trabajador-bomba de tiempo a bordo, la empresa pudo hacer mucho para evitar llegar a esta situación. Sin aplicar la clásica tarjeta roja laboral, resiliencia como charla en ellos habría ayudado.

Pégale a nuestro esclavo (digo, trabajador), discúlpate e igual volarás

La segunda situación criticable llevó a VivaAerobus a lares descuidados. El comunicado emitido por la aerolínea expresó su apoyo al trabajador, pero no toma medidas contra los dos clientes que dieron sopapos (ello revelaría lo «mucho» que le importa la compañía a los suyos) y que el trabajador desistió de presentar culpas.

¿Le retrasan el vuelo y le murmuran «Uy, que miedo»? Péguele al gordo, masculla unas disculpas y puede volver a su asiento.

#LadyVivaAerobus

La pataleta de la senadora de Quintana Roo, tras su tardanza y reacción caprichosa luego de que una trabajadora le denegare el pase a la aeronave, sólo puede ser comparable, aunque desde otro punto de vista, con lo que VivaAerobus intentó capitalizar -con éxito, nadie se lo quita-.

El mensaje «Damas y caballeros, y no ladies y gentlemen que no es lo mismo» busca darle un lado cómico a la situación, pero habría que analizar si de la misma manera trataría a sus trabajadores cuando la nave pase por un incidente aéreo. Total, tienen la vida de ciento de personas en cada trayecto. Juega con lo sardónico que llega a ser un usuario en redes sociales, pero hacer mella de los clientes, más allá de la calidad del usuario, no parecería ser profesional.

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