Al menos 87 civiles murieron en la provincia de Amran, una región controlada parcialmente por rebeldes. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños que huían de los enfrentamientos entre el ejército y los insurgentes.
La información, que la dio a conocer un líder tribal. Según sostuvo, los civiles fueron confundidos con rebeldes que asistían a una reunión, dijo el líder tribal, versión que fue rechazada por el gobierno de Saná.
Fuentes militares aseguraron que en la región no había refugiados. Sin embargo, el Ministerio de Defensa acusó a los rebeldes de impedir el ingreso de civiles en zonas más seguras y de utilizarlos como «escudos humanos».
Aeronoticias considera que cabe resaltar, que el Ejército yemení había lanzado el 11 de agosto una nueva ofensiva contra los rebeles, que controlan algunas partes de la provincia de Saada y algunas zonas en Amran.