Bolivia: ‘Presidente, no tenemos gasolina’

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(Aeronoticias).- El diario El País reconstruyó los momentos del impasse diplomático en el que el presidente Evo Morales quedó horas en el aeropuerto de Viena luego de que Portugal, España, Francia e Italia le suspendieran el uso de su espacio aéreo.

Todo, por las sospechas de que Morales transportara al exanalista de la NSA, quien revelara el sistema de espionaje masivo por parte de Estados Unidos a ciudadanos de diversas partes del mundo.

 

 

«En Moscú me dicen que estábamos listos para el retorno, con un plan de vuelo aprobado de Rusia a Portugal, Guyana y La Paz. Poco antes de reunirme con Putin me informan que, por razones técnicas, no podíamos llegar a Portugal. Luego me doy cuenta de que no eran razones técnicas».

«»Llamé al hermano canciller David Choquehuanca explicando la situación. Él logra que la escala sea en Palmas de Gran Canarias. El plan de vuelo estaba aprobado. Todos tranquilos».

«Todavía pensaba en los resultados del viaje a Moscú cuando se me acerca el piloto de nuestro avión, el coronel de aviación Celiar Arispe, comandante del Grupo Aéreo Presidencial. «Nos han cancelado el permiso y no podemos ingresar al espacio aéreo de Francia», me dice. Estábamos a minutos de llegar a su territorio. Quedamos muy sorprendidos y preocupados».

«Yo no podía entender ni cómo ni quién tenía el poder para desviar un avión de la Presidencia, para obligar a que aterricemos de emergencia, para detenerlo».

«Entonces llegó el embajador español en Austria. Podía salir a España pero primero tenía que revisar el avión de la Presidencia. Dice que si queremos aterrizar en Las Palmas tiene que revisar el avión».

«El embajador estaba acompañado de dos de sus funcionarios. «Usted no puede revisar el avión. Si no cree lo que le he dicho, que no llevo a nadie, me está tratando de mentiroso, está pensando que el presidente Evo es mentiroso. Y el presidente no miente»».

«Le dije al embajador español que si, finalmente, quería revisar el avión a la fuerza yo no iba a poder resistir una operación militar o de la Policía. No tenía con que resistir. Entonces el embajador se asustó y no se atrevió a forzar una revisión».

«También estuvo conmigo el presidente de Austria hasta que llegó el embajador de España para decirme que tenía autorización para retirarme. Le veo un poco preocupado, asustado y nervioso. Me dice que podía irme».

Con información de El País. Fotografía de Desiree Martin y Tien N.

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