(Aeronoticias) Brasil subió el tono proteccionista con un paquete de medidas de estimulo industrial que cierran más su economía, pero que según analistas no resuelven el problema de fondo: los elevados costos que frenan la competitividad del gigante latinoamericano.
La presidenta Dilma Rouseff prometió echar mano a todos sus recursos a su alcance para defender a empresas y empleos frente a las importaciones baratas y el dumping cambiario que amenaza la tímida recuperación de Brasil.
Las medidas incluyen exoneraciones fiscales por $5,500 millones, créditos subsidiados y una agresiva política de defensa comercial que tuvo como preámbulo la renegociación en marzo de un desventajoso acuerdo de libre comercio de autos con México.