Comer con culpa o estar obsesionado por la dieta, dos actitudes que engordan

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Las calorías y el tipo de alimentos no son los únicos factores que se debe tener en cuenta a la hora de mantener un buen peso. Una investigación realizada en los Estados Unidos encontró que las mujeres que comen con culpa, impulsivamente o que están demasiado ocupadas para pensar en su dieta, tienen muchas más posibilidades de mostrar signos de obesidad.
La actitud básica que las personas muestran hacia los alimentos se relaciona con su riesgo de desarrollar un sobrepeso u obesidad, dijeron los autores del trabajo publicado en Educación y Comportamiento Saludable.
Comer con culpa o estar obsesionado por la dieta, dos actitudes que engordan
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la obesidad y el sobrepeso como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial a la salud. Hoy en día, este tema es más importante que nunca porque afecta a tantos millones de personas que se la considera una epidemia mundial.
La obesidad afecta tanto la calidad como la expectativa de vida. A nivel psicológico y social genera problemas como la baja autoestima, la discriminación y la depresión. A su vez, aumenta el riesgo de sufrir varios tipos de cáncer, apnea del sueño, alteraciones cardiovasculares y diabetes tipo 2, entre muchos otros.
Pensar bien para comer bien
Las voluntarias para la investigación fueron mujeres de alrededor de 46 años, con un nivel educativo alto y buena salud. Por un lado, los investigadores analizaron varios factores relacionados a su peso, como el índice de masa corporal, el ancho de la cintura y el porcentaje de grasa corporal. Por otro lado, observaron la actitud de las mujeres ante su propia alimentación.
En base a los resultados obtenidos, se crearon cinco categorías de mujeres. Las damas dentro de las clasificaciones de preocupadas por la nutrición y la alimentación sana y las cocineras creativas (que se concentraban en hacer comidas buenas y ricas) fueron las más delgadas.
Por otro lado, las incluidas en los grupos de las mujeres que comen compulsivamente y las que lo hacen con culpa eran las que sufrían más sobrepeso u obesidad. En el medio de ambos extremos se ubicaron las mujeres que no cultivaban el hábito de cocinar porque, al tener tantas ocupaciones, no contaban con el tiempo necesario para estar en la cocina.

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