(Aeronoticias).- Cualquier periodista puede tratar una noticia, cualquier periodista puede realizar una cobertura sobre algún tratado ambiental, derrame de petróleo de alguna refinería o realizar un informe sobre ballenas varadas en la costa de algún lugar del planeta.
Sin embargo, si consideramos el impacto ambiental, el cuidado del medio y la crisis ecológica que sufre nuestro planeta desde hace ya más de 20 años, entonces lograremos comprender el compromiso que tiene el periodismo ambiental frente a estos peligrosos agentes contaminantes de nuestro hogar.
El periodismo ‘verde’ o ambiental no solo informa el hecho sino que además inicia un proceso de profundización hasta descubrir sus causas.
En ese sentido, el periodismo ambiental adopta una serie de valores respecto al tratamiento de la noticia pues se convierte en un periodismo investigativo, científico, pedagógico, social, responsable y objetivo. Pero eso sí, todo ello desligado de las posturas de agrupaciones ecologistas que en algunos casos se tornan radicales frente a determinados temas de impacto social y económico.
El perfil de un periodista ambiental debe adoptar un compromiso real y responsable frente al hecho que desarrolla. No quedarse solo con lo que tiene sino trascender, descubrir las causas e informar con profesionalismo lo acontecido porque sin lugar a dudas servirá en el camino de la prevención de futuros desastres similares.
El progreso social, económico y político resultan bastante influyentes pues la explotación de recursos de un país son necesarios con el fin de cumplir los objetivos trazados y, en esta línea, los gobiernos junto a las instituciones estatales redoblan esfuerzos para el máximo aprovechamiento y su buen uso.
Pero no todo queda en la élite gubernamental, la realidad se torna más dura cuando observamos el comportamiento de nuestros ciudadanos y su insensible actitud hacia el trato de nuestro hogar, la Tierra.
La crisis ambiental está ligada a la falta de conciencia de nuestros propios ciudadanos. La identidad con su entorno es casi nula pues consideran como hogar las cuatro paredes que los encierran en su territorio (casa) mientras que las calles, avenidas, parques y plazas son ajenos a lo que ellos tendrían que identificar también como propio.
Es momento de reunir esfuerzos a través de las diversas plataformas que nos ofrece la tecnología de hoy y continuar ese camino interminable de la educación en principios ecológicos a una sociedad que cada día se torna más consumista, indiferente y egoísta.
El futuro de nuestro hogar, la Tierra, no solo está en manos de Greenpeace o de muchos otros grupos ambientalistas sino que además uno de los más grandes aportes tal vez se encuentran detrás de una cámara y un comunicador comprometido, tal vez se encuentra en la voz de un periodista que ama la naturaleza, que ama la verdad y sobretodo que ama un periodismo verde.