El Departamento de Estado anunció la semana pasada que cancelará el envío de más de 30 millones de dólares en ayuda no humanitaria a Honduras, incluyendo los 11 millones de dólares de la MCC, para presionar al gobierno de facto a que renuncie y restituya al exiliado presidente Manuel Zelaya. Funcionarios estadounidenses dijeron que la ayuda suspendida incluye fondos para venta de armas, entrenamiento militar y asistencia en seguridad.
«La reunión de hoy del directorio es un recordatorio de que los fondos de la MCC se ganan y no se entregan de forma automática», dijo en un comunicado el presidente interino de la MCC, Darius Mans. «Nuestro países socios proponen proyectos que son importantes para ellos porque les importan a su gente, pero existe una responsabilidad continúa que descansa en los líderes de esos países,» agregó Mans.
La MCC dijo que también pondrá en espera unos 4 millones de dólares de su contribución a un proyecto caminero financiado en conjunto con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). El Departamento de Estado también informó la semana pasada que, por ahora, no puede considerar como legítimas las elecciones que Honduras llevará a cabo en noviembre debido al derrocamiento de Zelaya.
Algunos líderes latinoamericanos han sugerido que Washington debe aplicar más presión, pero algunos legisladores republicanos creen que ya se ha hecho demasiado por Zelaya, un aliado del presidente de Venezuela Hugo Chávez, que es un fuerte opositor a Washington. La congresista por Florida Ileana Ros-Lehtinen, la republicana de mayor rango de la comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, denunció el miércoles la decisión de la MCC de terminar con la ayuda para Honduras.
«Parece que los funcionarios estadounidenses no se detendrán ante nada para obligar al pueblo de Honduras a aceptar la imposición desde afuera del regreso de Zelaya al poder, sin importar la ley o las consecuencias a largo plazo», dijo Ros-Lehtinen.