EL ESTILO DE VIDA MODIFICA EL RIESGO DE SEGUNDO CÁNCER MAMARIO

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Sobrevivir a un cáncer de pecho no es una garantía de que aparezca un segundo cáncer en la otra mama, pero un nuevo estudio sugiere que las mujeres pueden fabricar su propia «armadura» para, por lo menos en parte, evitar que eso ocurra. Solo necesitan, dijo el doctor Christopher I. Li, «cuidar el peso, no fumar y beber alcohol con moderación». El equipo, dirigido por Li, del Centro del Cáncer Fred Hutchinson en Seattle, sugiere que la obesidad, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo de cáncer en la mama opuesta (cáncer contralateral) en mujeres que tuvieron un «cáncer de pecho invasivo con receptores de estrógeno positivos».

Eso se debe a que el estrógeno puede alimentar el crecimiento de esos tumores, y que el tejido graso y el consumo excesivo de alcohol aumentan directamente los niveles de estrógeno en el cuerpo, propusieron los autores. El equipo opina que fumar favorece el riesgo debido a todas las sustancias cancerígenas que se inhalan al fumar. Hasta ahora, no existían muchos estudios sobre cómo las mujeres podrían protegerse de un segundo cáncer de mama, publicó en la edición en internet Journal of Clinical Oncology.

EL ESTILO DE VIDA MODIFICA EL RIESGO DE SEGUNDO CÁNCER MAMARIO

El nuevo estudio incluyó a 365 mujeres con un primer cáncer de mama con receptores de estrógeno y un segundo tumor contralateral, y 726 mujeres, como grupo de control. Al revisar las historias clínicas y entrevistar a las mujeres, el equipo determinó el índice de masa corporal (IMC) y el consumo de tabaco y de alcohol. El IMC es la estimación de la grasa corporal acumulada en el cuerpo de una persona a partir de su peso y su altura.

A diferencia de las mujeres con peso normal, las obesas tenían nuevamente casi el doble (el 40 por ciento) de riesgo de desarrollar un tumor mamario contralateral. Ingerir siete o más copas por semana casi duplicó aquel riesgo. Lo mismo ocurrió con el tabaquismo. Las mujeres que siguieron fumando y bebiendo alcohol después del diagnóstico del primer tumor tuvieron aún más riesgo de desarrollar un segundo cáncer.

El estudio demostró que consumir siete o más copas por semana y fumar elevó más de siete veces la probabilidad de tener cáncer de mama contralateral. En un editorial sobre el estudio, la doctora Jennifer A. Ligibel, del Instituto del Cáncer Dana-Farber, en Boston, destacó que el estudio del equipo de Li se realizó antes de que la terapia hormonal para el cáncer mamario con receptores de estrógeno fuera rutina. Por lo tanto, un estudio más actualizado sobre los efectos de los factores modificables del estilo de vida debería incluir a pacientes tratadas según las guías vigentes.

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