El nuevo estudio incluyó a 365 mujeres con un primer cáncer de mama con receptores de estrógeno y un segundo tumor contralateral, y 726 mujeres, como grupo de control. Al revisar las historias clínicas y entrevistar a las mujeres, el equipo determinó el índice de masa corporal (IMC) y el consumo de tabaco y de alcohol. El IMC es la estimación de la grasa corporal acumulada en el cuerpo de una persona a partir de su peso y su altura.
A diferencia de las mujeres con peso normal, las obesas tenían nuevamente casi el doble (el 40 por ciento) de riesgo de desarrollar un tumor mamario contralateral. Ingerir siete o más copas por semana casi duplicó aquel riesgo. Lo mismo ocurrió con el tabaquismo. Las mujeres que siguieron fumando y bebiendo alcohol después del diagnóstico del primer tumor tuvieron aún más riesgo de desarrollar un segundo cáncer.
El estudio demostró que consumir siete o más copas por semana y fumar elevó más de siete veces la probabilidad de tener cáncer de mama contralateral. En un editorial sobre el estudio, la doctora Jennifer A. Ligibel, del Instituto del Cáncer Dana-Farber, en Boston, destacó que el estudio del equipo de Li se realizó antes de que la terapia hormonal para el cáncer mamario con receptores de estrógeno fuera rutina. Por lo tanto, un estudio más actualizado sobre los efectos de los factores modificables del estilo de vida debería incluir a pacientes tratadas según las guías vigentes.