(Aeronoticias).- Rajib Karim, un experto informático de British Airways (BA), fue condenado hoy en el Reino Unido a 30 años de cárcel por planear atentados contra aviones comerciales. El tribunal que le juzgó consideró probado que Karim, de 31 años, utilizó su empleo en la aerolínea británica para intentar derribar en pleno vuelo aviones con destino a Estados Unidos.
El plan, según el fallo de la sentencia, formaba parte de una «conspiración espeluznante» organizada junto a Anwar Al-Awlaki, un conocido líder religioso relacionado con Al Qaeda.
El juez David Calvert Smith, magistrado de la Corte de la Corona de Woolwich (sureste de Londres), le declaró culpable el mes pasado de cuatro delitos de conspiración para cometer actos terroristas.
Karim fue acusado de desarrollar diversos planes para intentar acabar con la reputación de British Airways, aprovechando la serie de huelgas del personal de cabina llevadas a cabo el año pasado.
Su objetivo era lograr una de las plazas que se ofrecieron al resto de empleados de BA para reemplazar a los auxiliares de vuelo que participaron en los paros e introducir una bomba en un avión de la compañía que realizara una ruta con destino a Estados Unidos.
Los delitos eran de «extrema gravedad», afirmó el juez Calvert-Smith, quien dictaminó que tras el cumplimiento de la condena Karim debe ser deportado a su Bangladesh natal.
El condenado «trabajo incansablemente con intenciones terroristas», según manifestó el magistrado, pese a que llevaba una vida aparentemente normal junto a su esposa y su hijo desde que se mudó a Newcastle (norte de Inglaterra) en el año 2006.
«Usted es y era un yihadista comprometido que entendió que su deber con su religión implicaba lucha y, Dios mediante, morir para poder ser recompensado en la otra vida», declaró el juez. En nombre de la defensa, el abogado James Wood comentó que las acciones de Karim fueron «totalmente embrionarias» y que no existe la certeza ni pruebas de que hubieran ido más allá.
El juez contestó reconociendo que el condenado «es más un seguidor que un líder», pero subrayó que «si otros hubieran facilitado la infraestructura necesaria, él habría asumido la responsabilidad y habría seguido adelante con la yihad».
Colin Gibbs, que representó a la Fiscalía, manifestó por su parte que la determinación de Karim para llevar adelante sus planes de hacer explotar vuelos comerciales en el aire era «espeluznante».
Karim reconoció antes del juicio haber estado implicado en su país en la producción de un vídeo de un grupo terrorista, así como en la recaudación de fondos para la comisión de atentados.
Criado en una familia de clase media de Dhaka, respaldaba a la organización extremista Jama’atul Muyahidín Bangladesh (JMB), a la que llegó de la mano de su hermano menor Tehzeeb.
Quienes trabajaron con él durante su estancia en el Reino Unido, aseguraron que se trata de una persona «de buenos modales, bien educada y respetuosa», que iba al gimnasio y jugaba al fútbol, y que nunca dio a conocer sus puntos de vista extremistas.
Durante dos años, aprovechó su acceso a las oficinas de BA en Newcastle y en el aeropuerto londinense de Heathrow para acceder a información confidencial y para reunirse con extremistas islámicos y establecer sus primeros contactos con Al-Awlaki.
En una de las comunicaciones codificadas recuperadas por la policía, Karim dejó escrito en su ordenador: «desde el momento que entré en este país, mi propósito era hacer algo por la fe, no para construir aquí una vida y empezar a disfrutar de la vida».
«Conseguí el trabajo en BA contra todo pronóstico y realmente me di cuenta de que era para poder ayudar a Alá», escribió. Fuente: Agencia EFE