(Aeronoticias) En el argot periodístico, ‘mermelada’ es sinónimo de coima es decir el acto antiético y delincuencial por el cual un periodista recibe una prestación o ventaja que en nuestro mercado es común que sea inclusive en pasajes aéreos con descuento del 75% o 100% a cambio de escribir algo, dañar la imagen a un defensor del Perú, impedir que hable y defienda sus ideas y esta conducta antiética siempre será a favor de quien le ha pagado y exige el daño público, ya sea contra un político, un empresario, un abogado, un ingeniero o un profesional en general, para beneficiar a un partido político, una empresa, grupo de poder y/o a veces una línea aérea de bandera del país extranjero que se sienta afectada por alguien que defienda la soberanía aérea del Perú o quien quiera que sea, dependiendo de la sección o el tema del que se trata. https://caretas.pe/caretas-tv/que-es-prensa-mermelera/. No queremos decir que el diario Expreso que prácticamente no tiene lectoría porque nadie le cree, pero sus informaciones sin objetividad nos hacen dudar de su imparcialidad.
Efectivamente el 10 de Mayo del 2021 este medio de comunicación publica el artículo «La metamorfosis de Castillo: del caballo al avión privado», en el que el diario Expreso miente cuando dice que Pedro Castillo tiene a su disposición una avioneta privada, lo que hace Pedro Castillo como cualquier ciudadano es adquirir billetes de pasajes aéreos en una empresa de transporte regular o no regular para transportarse dentro del territorio nacional vía aérea de un punto a otro pero claro con mala intención Expreso dice que tiene la disposición de un avión privado creemos que está confundiendo con Hernando de Soto en la primera vuelta electoral voló en un jet privado de 30 millones de dólares cuya hora de vuelo costaba 4 mil dólares y se desplazó por todo el territorio nacional o el caso de Keiko que las 3 campañas electorales volaba en conocidas empresas aéreas privadas con aviones similares a los de Soto y por supuesto los periodistas mermeleros del Perú jamás cuestionaron vuelo alguno de César Acuña, Rafael López Aliaga, Keiko Fujimori, es decir para los impresentables de Expreso ellos tienen derecho a subir a un avión y Pedro Castillo tiene derecho a subir a un caballo, y eso sería discriminación; estos «sinvergüenzas de la mermelada peruana» pretenden que Pedro Castillo Terrones se transporte a caballo, este es el periodismo que tanto daño le hace a la sociedad y las familias peruanas y el supuesto autocontrol ético «bien gracias», el Poder Judicial debería encargarse de ellos.
El caso es que la legión de periodistas «mermeleros» que ya sabemos quienes son y en que medios de comunicación trabajan han desatado con furia una investigación “periodística” cuestionando por qué se había trasladado Pedro Castillo en una pequeña aeronave antigua de la empresa aérea MovilTour en la ruta Arequipa-Puno y están investigando quien habrá financiado la hora de vuelo de ese avión lo cual es una prueba de que el periodismo “mermelero” está cumpliendo su función cuestionan un pago de 1,500 dólares y no investigan los 5 millones de dólares en horas de vuelo de los otros candidatos, es que claro la mermelada gobierna sus conciencias y direcciona sus informaciones.
Nosotros creemos que campañas así ensucian la noble profesión de periodista y afectan a los honorables que ejercen la profesión con dignidad, los que promueven falsedades en estas informaciones nauseabundas que tratan de dañar a terceros que no tienen nada que ver por un vuelo d menos de una hora de Arequipa a Puno, lamentablemente en el Perú periodista miserables se prestan a esto y la justicia tarde o temprano les tendrá que caer.
Como síntesis el mensaje de Expreso a los peruanos es que las personas de bajos recursos es decir los pobres como Pedro Castillo no tienen derecho a transportarse en una avioneta, deberían hacerlo a caballo y esto debe merecer de oficio que INDECOPI le abra un procedimiento sancionador a Expreso y a los que fueran responsables por discriminación y esperamos les ponga la multa que corresponde, este pensamiento es una vergüenza para el país y para la conciencia histórica del Perú.
El periodismo infame cuando desinforma y miente incurre en responsabilidad penal por difamación agravada a tenor de lo dispuesto en el Art. 132 del código penal y responsabilidad civil, personal y de su medio de comunicación.
