(Aeronoticias).- Marina Shifrin se convirtió en la sensación de Internet cuando renunció a su trabajo a través de un video en YouTube en el que aparecía bailando en la oficina.
Para rendirle homenaje a la divertida renuncia de Shifrin, te presentamos aquí otras formas memorables de dejar un trabajo.
-Renuncia con una torta: Eso es exactamente lo que hizo Chris Holmes, que trabajaba en el aeropuerto londinense Stansted, en abril de este año, incluyendo su mensaje de despedida al sabroso pastel de zanahoria hecho con coco, nueces, pasas y mantequilla de naranja.
La renuncia, tan considerada, garantizó que Holmes se fuera en buenos términos. “Se va con nuestros mejores deseos”, le dijo el subdirector de la Fuerza de Frontera, Bill Form, a la BBC.
-Di adiós con una banda musical: La opción elegida por Joey DeFrancesco para renunciar al hotel Providence Renaissance en Rhode Island fue un poco más dramática.
En un video de YouTube de 2011, el trabajador, ciertamente insatisfecho, le entrega su carta de renuncia a un superior poco antes de que la banda que lo acompañaba celebrara el momento con los instrumentos.
“Los odiaba y ellos me odiaban”, le dijo DeFrancesco al Huffington Post, refiriéndose a la dirección del hotel. “Sabía que tenía que hacerles algo más”, agregó.
-Toma la salida de emergencia: En el año 2010, la falta de disciplina marcó la renuncia de Steven Slater, aeromozo de Jet Blue. Después de ser maltratado por un pasajero al aterrizar el avión, Slater tomó el intercomunicador y dijo: “He estado 20 años en esta profesión. Ya es suficiente para mí”.
Luego agarró una cerveza, se arrancó la corbata y activó los toboganes de emergencia para deslizarse por ellos y luego irse caminando. Después de esta particular forma de renunciar, un juez le otorgó un año de libertad condicional a Slater por su mala conducta.
-Una solicitada en The New York Times: El director ejecutivo de Goldman Sachs, Greg Smith, decidió abandonar su puesto en el banco de inversión estadounidense en 2012 a través de una feroz solicitada en The New York Times&.
“La cultura corporativa en Goldman Sachs se ha transformado y deteriorado y hoy está totalmente podrida”, escribió. “Los clientes son vistos como simples marionetas que pueden ser esquilados por la voraz codicia del banco de inversión”, añadió.
Fuente: Perú.com