La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) prevé que las aerolíneas registren unas pérdidas de 5.600 millones de dólares (más de 3.849 millones de euros) en 2010, tras revisar sus pronósticos anteriores, que fijaban estos números rojos en 3.800 millones de dólares (más de 2.610 millones de euros) por los altos costes y los bajos rendimientos que sufre el sector por la caída de la demanda.
No obstante, pese a este negro panorama, Bisignani se ha mostrado confiado en que lo peor ha pasado pasado y, como reflejan algunos indicadores, «probablemente la demanda seguirá mejorando». En el bando contrario, los combustibles mantendrán su carestía, pese a que los esfuerzos de las aerolíneas por ahorrar en este apartado les permitirán reducir costes en un 1,3%. En resumen, que el rendimiento de las compañías seguirá siendo «un desastre».
En cuanto a la demanda, la asociación pronostica una caída del 4,1% para este año, mientras que el tráfico de pasajeros crecerá un 4,5% en 2010, un incremento más elevado que el previsto en septiembre, que se situaba en el 3,2%. En total, se espera que 2,28 millones de pasajeros vuelen el próximo año, con lo que el número total de usuarios se situará en los niveles de 2007.
Para la IATA el recorte en la cuenta de resultados se explica por la caída de la rentabilidad tanto en el tráfico de carga como en el de pasajeros, con caídas del 12% y del 15%, respectivamente, a lo que se a sumado la excesiva capacidad existente en el mercado y una reducción de los presupuestos de los viajes corporativos. Además, con vistas a 2010, prevé un aumento del 2,8% de la oferta motivado por las entregas de aviones previstas, lo que ejercerá mayor presión sobre los precios, por lo que no ve «mejoría».
Aeronoticias considera que los organismos regionales de aviación civil como la CEAC y la CLAC deben agendar reuniones internacionales para analizar las recomendaciones aeropolíticas a los Estados a efectos de que se puedan instrumentar medidas que eliminen sobrecostos y hagan más llevadera la crisis de un sector que requiere hoy la ayuda de los Estados no a través de subvenciones, si no de políticas inteligentes, ya que el transporte aéreo es estratégico, no sólo en el mundo de los negocios internacionales, si no en el turismo cuyo efecto multiplicador en la economía de los Estados es importante en la economía mundial.
