Al menos 11 muertos, 23 heridos y tres uniformados desaparecidos han dejado esta semana los ataques contra la Policía Federal atribuidos al cartel de La Familia en el occidente del país, en actos que la autoridad calificó el viernes de «desesperación».
El coordinador de las Fuerzas Federales de Apoyo de la Policía Federal, Rafael Avilés, informó el viernes en rueda de prensa que seis agentes y cinco pistoleros murieron en los ataques a hoteles donde se hospedan los efectivos policiales y emboscadas a patrullas ocurridos entre el miércoles y jueves en el estado occidental de Michoacán.
Añadió que 23 policías federales quedaron lesionados, 16 de los cuales tuvieron que ser hospitalizados. También confirmó que tres agentes más fueron presuntamente secuestrados, por lo que ya está en marcha una operación de búsqueda.
La Secretaría de Seguridad Pública federal atribuyó los atentados a La Familia, un cartel considerado como el más violento y señalado como el principal productor y traficante de metanfetaminas.
«Esto no es más que una respuesta desesperada por parte de la organización criminal», dijo el responsable antidrogas de la Policía Federal, Ramón Pequeño.
Señaló que tras los ataques es posible que realizarán algunos ajustes en la estrategia del combate al narcotráfico en Michoacán, a más de 200 kilómetros al oeste de la ciudad de México y estado natal del presidente Felipe Calderón, aunque descartó que se piense en retirar a las fuerzas policiales.
Consideró que La Familia reacciona ante los golpes que el gobierno le ha dado al detener a varios de sus miembros.
«Anteriormente buscaban un cobijo social que paulatinamente lo han ido perdiendo», añadió Pequeño sobre un cartel que públicamente ha intentado mostrarse como un grupo que surgió para proteger a los habitantes de Michoacán de otros grupos criminales que buscan asentarse en la zona.
La Familia también fue responsalizada en julio de una serie de ataques por cuatro días consecutivos contra la Policía Federal y en los que murieron al menos 18 agentes, incluidos 12 que fueron torturados y apilados en una carretera.
Los atentados de julio fueron considerados una respuesta de La Familia a la detención de un cabecilla del cartel, identificado como Arnoldo Rueda Medina, conocido como «La Minsa».
El diario Reforma publicó el viernes que los ataques de esta semana habrían sido en respuesta a un intento de capturar a Servando Gómez, «La Tuta», considerado otro de los principales cabecillas del cartel.
Pequeño no respondió a preguntas sobre esa versión y se limitó a decir que eran acciones «desesperadas» del grupo.
La violencia del narcotráfico y el crimen organizado ha dejado más de 14.000 asesinados desde que el gobierno del presidente Felipe Calderón lanzó en diciembre de 2006 una ofensiva contra los carteles de las drogas. Las autoridades han asegurado que más del 90% de las víctimas estaban vinculadas de alguna forma a la delincuencia.