El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió la liberación “inmediata e incondicional” de la dirigente opositora birmana, Aung San Suu Kyi, quien fuera condenada a 18 meses de arresto domiciliario.
En una declaración hecha desde la Casa Blanca, afirmó que la detención “viola los principios universales de los derechos humanos y atentan contra los compromisos asumidos por Birmania”.
“La decisión injusta de hoy hace que recordemos a los miles de presos políticos en Birmania que, como Aung San Suu Kyi, han sido privados de su libertad porque buscan un gobierno que respete la voluntad, los derechos y las aspiraciones de todos los ciudadanos birmanos”, mencionó. Suu Kyi, quien es Nóbel de la Paz, fue declarada culpable y condenada a tres años de trabajo forzados por el tribunal especial que la juzgó por quebrantar el arresto domiciliario.
Tras ser declarada culpable, la Junta Militar que preside el general Than Shwe, conmutó la pena impuesta a Aung San Suu Kyi y ordenó que fuera confinada en su residencia de Rangún durante un año y medio.
En el mismo sentido se manifestó la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien criticó la sentencia de otros 18 meses de arresto domiciliario impuesta a Suu Kyi.