Piñera llamó a reeditar la «democracia de los acuerdos» iniciada entre el oficialismo y la oposición derechista durante el gobierno de Aylwin entre 1990 y 1994, destinada a impulsar algunos cambios y sobre todo a modificar la rígida Constitución heredada de la dictadura del general Augusto Pinochet. Rechazo en el oficialismo, pero también el respaldo del ex presidente Patricio Aylwin, provocó la propuesta del mandatario electo Sebastián Piñera de convocar a la oposición a acuerdos con su futuro gobierno.
El ex mandatario, que goza de gran respeto en la coalición gobernante, afirmó que «la política democrática supone competencia entre distintas posiciones, pero todo gobierno tiene que buscar el bien común y el logro del bien común es más fácil si hay acuerdos». Agregó que «a mí me alegran estos planteamientos de Sebastián» Piñera.
Los dos partidos que llegarán con Piñera al poder, que participaron en el régimen de Pinochet, sin embargo, se resistieron y bloquearon una serie de iniciativas democratizadoras o reformas al sistema laboral que procuraron los gobiernos de la coalición en el poder desde hace 20 años. El nuevo timonel del Partido Socialista, el senador Fulvio Rossi, dijo que la idea de Piñera de un gobierno de los acuerdos es un eufemismo, pues «siempre vamos a dar nuestro acuerdo y nunca vamos a ser obstáculo para aprobar proyectos que sean o que busquen el bien común».
Agregó que lo que los socialistas harán será «una oposición leal, constructiva, pero también oposición que defiende ideas». Pero en sus declaraciones el lunes manifestó que «hablar de gobierno de los acuerdos tiene que ver más bien con una circunstancia política histórica que ya se acabó. Evidentemente, no hay ningún riesgo de regresión autoritaria, a no ser que él (Piñera) tenga esa duda».
Rossi dijo que serán particularmente severos en su oposición al gobierno de Piñera si se pretende modificar la política de derechos humanos y poner punto final a los procesos a los militares violadores de derechos humanos. Los partidos derechistas que gobernarán con Piñera salieron también a respaldar la política de acuerdos del nuevo presidente, que asumirá el 11 de marzo. «El país quiere entendimiento y no enfrentamiento», dijo el presidente de la Unión Demócrata Independiente, Juan Antonio Coloma.
El dirigente Rodrigo Hinzpeter, quien es el coordinador con el gobierno del traspaso del poder y que se proyecta como probable ministro del Interior, dijo que «oponerse a los acuerdos es poner trabas al desarrollo del país».
Aeronoticias considera que Piñera divide opiniones pese a que de la política conciliatoria de Piñera, forzada en parte por la falta de mayoría legislativa clara en la Cámara de Diputados y por el predominio centroizquierdista en el Senado, gremios y organizaciones le advirtieron que se disponen a combatirlo si afecta sus intereses y rechaza sus demandas.
La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la principal del país, planteó que su posición será «crítica y propositiva» y que impulsarán las reformas que la educación requiere. Los profesores estatales, que el año pasado mantuvieron una huelga de más de un mes, anunciaron que demandarán al nuevo gobierno el pago de una deuda salarial histórica.
