(Aeronoticias) Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea acudieron a una cumbre para poner freno a la crisis del euro, cuya resolución final será pactada en una segunda cumbre que tendrá lugar el miércoles en Bruselas.
El maratón de negociaciones se aproxima a su recta final. En Bruselas se reunieron los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países miembros de la Unión Europea, pero el núcleo duro, los representantes de los 17 países integrantes de la eurozona continúan las deliberaciones posteriormente. Los líderes se encuentran bajo una enorme presión para detener una crisis que es llamada “sistémica” y que amenaza con provocar un colapso bancario y financiero. De no encontrar una solución, una cosa es segura: sería el fin de la unión monetaria, que conduciría probablemente a una recesión mundial. Así las cosas, los líderes de la eurozona están condenados a entenderse.
Italia acapara los reflectores
Durante la reunión de los 27 se debatirá en particular la situación de la banca europea. Entre tanto hay un reconocimiento tácito del endeudamiento crónico que padece Grecia. Se espera que los bancos acreedores acepten voluntariamente “condonar” un 50 por ciento de las obligaciones contraídas. Esto significa pérdidas para la banca que a su vez podrían poner en peligro la estabilidad de otros países.
Berlusconi, uno de los pecadores en el endeudamiento europeo.
Capitalización bancaria
Con una inyección financiera de más de 100.000 millones de euros, los bancos tendrán una protección ante posibles turbulencias futuras, la atención la acapara Italia que cuenta con un endeudamiento equivalente a un 120 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB). El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, abordó la situación de su país durante conversaciones con sus homólogos. Se espera que Berlusconi emprenda un mayor esfuerzo para cortar el gasto público.
La palabra mágica: “apalancamiento”
Mientras que la recapitalización bancaria es un asunto que compete a todos los países, no así el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que atañe únicamente a los 17 países miembros de la eurozona. Alemania se opone a ampliar aún más el fondo que cuenta actualmente con unos 440.000 millones de euros. Francia entre tanto se ha despedido de su propuesta de dotarlo de una licencia bancaria y con ello “apalancar” compras de bonos soberanos de países endeudados en el Banco Central Europeo y obtener tanto dinero como un banco central. Alemania y otros países temen que eso conduciría a la inyección de dinero de más a la circulación lo que indefectiblemente provocaría inflación.
Merkel, clave en las negociaciones.
Dos opciones
Al parecer quedan dos opciones. Una de ellas sería crear una especie de “seguro” para los bonos soberanos de países endeudados, que cubriría un porcentaje del riesgo de quiebra, lo que permitiría multiplicar el volumen del fondo de rescate. La otra vía es crear un salvavidas financiero por separado en el que participe el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se considera incluso una combinación de ambas opciones aunque críticos a estas medidas advierten sobre los riesgos ambas fórmulas suponen para los contribuyentes, lo que el Gobierno alemán rechaza.
Modificaciones a tratados de la UE
La canciller alemana Angela Merkel defendió esta mañana la propuesta de modificar los tratados de la Unión Europea para controlar a largo plazo la crisis. La gobernante germana quiere que haya una mayor coordinación de las políticas económicas, financieras y presupuestales de los países miembros. Merkel insiste en la necesidad de crear derechos de intervención a nivel comunitario, que afectarían a los países endeudados.
La canciller exhortó a no crear demasiadas expectativas ante la cumbre del domingo. Las decisiones se esperan el miércoles, cuando tendrá lugar una segunda cumbre donde se espera se puedan superar las diferencias franco-germanas en torno al fondo de rescate europeo.
Sarkozy quería dotar al fondo de rescate de licencia bancaria.
Una segunda razón para proponer una nueva cumbre es porque la mandataria gemana necesita obtener un amplio mandato por parte de la Comisión Presupuestaria del Parlamento alemán. El jefe del eurogrupo, Jean Claude Junker, criticó el desastrozo manejo de la crisis y la lentitud de Berlín.
Autor: Christoph Hasselbach/ Eva Usi
Editora: Claudia Herrera Pahl