Se recuerdan 30 años de la masacre de Lucanamarca

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(Aeronoticias).- Tras el asesinato del senderista Olegario Curitomay -miembro de Sendero Luminoso- a manos de los pobladores de Lucanamarca, llegó el miedo.

Luego de que los pobladores se hartaran de que los terroristas asesinaran personas que no simpatizaban con la causa maoísta, llegó el miedo.

Y con sombras fúnebres, un día después, Lucanamarca quedó. Cómo sería de otra manera, luego de que los senderistas atacaran a disparos y golpe de machete a los pobladores del pueblo ayachuchano. Un tropel de 60 senderistas acabó con 69 personas de dicha localidad, allá por el 3 de abril de 1983.

Décadas después, luego de la captura de Abimael Guzmán, líder de los terroristas de Sendero Luminoso, el cabecilla del grupo terrorista declaró que el ataque fue una venganza contra la rebelión del pueblo de Lucanamarca.

Dígale, pues, que también no fue justo matar 18 niños de Lucanamarca. Ni alguna vida en aquel poblado. Por no decir que no fue justo acto lo que se vino antes y después, contra la nación.

Contra los peruanos.

Con información de La República.

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