Las dos nuevas sondas lunares de la NASA, -el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO por sus siglas en inglés) y el Satélite Sensor y de Observación de Cráteres Lunares (LCROSS), despegaron ayer, en una misión histórica para buscar fuentes de agua y lugares de aterrizaje en anticipación de llevar a los astronautas a la luna en 2020.
La LRO es una misión robótica con el objetivo de crear un atlas comprensivo de las características de la luna, encontrar posibles sitios de aterrizaje, identificar recursos disponibles, definir el entorno de radiación y probar nueva tecnología.
La LCROSS buscará agua de hielo en la luna por medio del envío de su estación superior, el cohete Centauro, a que impacte una parte de un cráter polar que está a la sombra de manera permanente. Volará dentro de la nube de polvo que dejará el impacto y medirá sus propiedades antes de que choque con la superficie lunar.
El lanzamiento ocurrió un mes antes del 40° aniversario de las primeras huellas lunares, por lo que esta misión se convierte en una suerte de conmemoración al primer paso que el hombre dio en la Luna, hace casi 40 años atrás.
Aeronoticias considera que las investigaciones espaciales son de vital importancia, ya que nos dan un abanico mayor de probabilidades de avances en la tecnología y el posicionamiento del hombre a nivel universo, además de los adelantos que representa avances como este para la humanidad.