(Aeronoticias).- Uno de los internos del Centro de rehabilitación “Cristo es amor” comentó que hasta dormían en colchonetas en la sala.
Hacinados y prácticamente encerrados convivían los internos del Centro de rehabilitación “Cristo es Amor”, que ayer se incendió dejando 27 muertos. La tragedia en San Juan de Lurigancho hubiera podido evitarse, pero el encargado cerró la reja del primer piso.
Víctor de la Cruz Caballero y Jean (17) son dos de los sobrevivientes. Ellos narraron que se encontraban desayunando cuando de pronto escucharon que algunas lunas empezaban a romperse. Una vez enterados del incendio, vino la desesperación.
“La puerta la rompimos a punta de ladrillazos, porque la chapa ya estaba medio malograda”, comentó Jean, quien empezó a consumir pasta básica de cocaína y marihuana a los 13 años.
Pese a que otros internos señalaron que dentro del centro los maltrataban, Cruz Caballero dijo que el director Raúl García Albornoz, quien se encuentra no habido, era “buena gente” y siempre comentaba sus problemas familiares.
“Solo cuando nos portábamos mal, recibíamos un correctivo. Nos ponían a meditar, sin ver tele, todo el día con tu biblia o sin dormir. Correctivos suaves, no más”, aseguró en el programa “Séptimo día”.
Sin embargo, Jean ratificó que sí vivían hacinados. “En un cuarto entraban tres camarotes de tres pisos, cada uno dormía en un camarote. En la sala dormían los que no tenían cama, había colchonetas, eran las personas mayores”, señaló.
La Defensoría del Pueblo ya ha anunciado que investigará su los internos del centro eran sujetos a abusos y retenidos contra su voluntad.
