Una revisión de estudios publicada en el último número de la revista British Medical Journal asegura que no hay evidencias claras de la eficacia del medicamento frente a las complicaciones asociadas al trastorno, como la neumonía.
Tamiflu, cuyo principio activo es el oseltamivir, es uno de los fármacos más comprados por los Gobiernos de todo el mundo para hacer frente a la pandemia global de H1N1.
Según el diario El Mundo, el trabajo, liderado por Chris Del Mar, profesor de la Bond University de Australia, pretendía ser una actualización de una revisión publicada en 2006 por la revista ’The Cochrane Library’.
Sin embargo, los investigadores se encontraron con importantes escollos a la hora de verificar de forma independiente los resultados de algunas investigaciones previas.
En concreto, los autores de este trabajo comprobaron que gran parte de los datos que hasta ahora sustentaban las evidencias científicas sobre el fármaco provenían de trabajos financiados directamente por la compañía fabricante del producto -Roche- que no habían sido publicados en revistas médicas.
Pidieron varias informaciones a la empresa para realizar una evaluación propia. Sin embargo, según explican, la empresa ofreció los datos «bajo condiciones que consideramos inaceptables». Además, los investigadores subrayan que, lo que envió la compañía farmacéutica «era insuficiente para hacer un análisis de forma adecuada».
Debido a estas carencias, los investigadores remarcan que las evidencias previas sobre los efectos de Tamiflu podrían ser poco fidedignas.
Según sus datos, el medicamento sí tiene un efecto modesto a la hora de reducir los síntomas de la enfermedad, pero, por el contrario, no se puede demostrar su capacidad parar frenar trastornos asociados a la infección, como la neumonía.