El efecto de tener una relación cercana con el cuidador personal se acercó al de tomar fármacos para demorar el avance de la enfermedad, halló el equipo de la doctora Maria Norton, de la Utah State University, en Salt Lake City. Los pacientes con Alzheimer que tienen una relación cercana con sus cuidadores presentan un retraso en el deterioro mental y físico en el tiempo.
El equipo determinó la cercanía entre el cuidador y el paciente mediante un conjunto de afirmaciones sobre la relación con el paciente a las que tuvieron que responder los cuidadores. Los investigadores hallaron que en los pacientes a cargo de un esposo/a, el deterioro físico y mental era más lento que en aquellos a cargo de un hijo adulto. Y cuanto más cercana era la relación, más lento era el deterioro.
Las personas, señaló Norton, serían más propensas a querer cuidar a un esposo/a que a alguno de los padres debido a que existe un compromiso previo de acompañarse mutuamente en la enfermedad y la salud. «Tienen algo así como un compromiso de por vida», manifestó la autora.
Los cuidadores que se sienten más cercanos a la persona a su cargo son también más propensos a pasar más tiempo con ella o hacerla sentir «importante y amada», en lugar de dejarla sentada frente al televisor. Norton agregó que existen cada vez más evidencias de que el cerebro se mantiene más saludable cuando una persona se mantiene social y cognitivamente más activa.