Europa está en apuros. Pocas horas tras la cumbre para el rescate del euro del pasado 27 de octubre en Bruselas, el jefe del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) puso rumbo a tierras chinas. Las conversaciones con las autoridades del gigante asiático no rindieron frutos. El viceministro de Finazas chino, Zhu Guangyao, declaró en una conferencia de prensa que su país no podía prometer ninguna ayuda hasta tanto no conociera los detalles del planeado fondo de salvamento.
China se toma su tiempo. Espera, probablemente, que el precio de su apoyo al euro aumente. Los políticos chinos no guardan silencio sobre lo que esperan de Europa: que reconozca la economía china como una economía de mercado, que ponga fin al embargo de armas y que quede zanjada la porfía por la valoración de la moneda china.
El Gobierno de Pekín aguarda también para evaluar adecuadamente sus riesgos y beneficios. Lo menos que puede necesitar ahora el Ejecutivo chino es cosechar críticas internas por invertir a la ligera sus reservas en divisas. A ello se agrega que la sola imagen de una aún –desde muchos puntos de vista– “pobre” China abrigando bajo su ala a la rica Europa ha generado airadas discusiones entre los economistas chinos.
Huang Zemin, catedrático de Finanzas de la China East Normal University, desaconseja la compra de bonos de deuda de los países en crisis en la zona euro. A fin de cuentas, el lema que rige el uso de la reserva en divisas reza que “primero está la seguridad, y luego las ganancias”. Europa debería agotar sus propias reservas, opina Huang: “Italia y España disponen de abundantes reservas en oro. Podrían vender algo de eso”, aconsejó, en entrevista con Deutsche Welle.
Que justo la tercera y la cuarta de las más fuertes economías de la zona euro estén contagiadas en la epidemia de endeudamiento pone a la unión monetaria en una situación delicada, considera Yao Shujie, profesor de la Universidad de Nottingham. “El principal rescatista de la zona euro es Alemania. Pero un solo rico no puede sacar del atolladero a tantos pobres” escribió el catedrático de origen chino en su blog, hospedado en la reconocida web independiente de economía Caijing.
De ahí que se depositen tantas esperanzas en China y Japón, que buscan oportunidades de inversión para sus enormes reservas en divisas. Pero ninguno de los dos países son rescatistas de fiar, según Yao Shujie: “China pone condiciones a su ayuda. Para cumplirlas, habría que conseguir la aprobación de los 27 socios europeos, además de la aprobación extraoficial de los Estados Unidos”. Además, parece poco probable que Europa acceda a los deseos de China, al menos mientras no esté claro el rol que los asiáticos jugarán en el rescate del euro.
UE, importante socio comercial
Por otro lado, si bien China se ubica en una posición aparentemente ventajosa, tampoco es que el Gobierno central pueda recostarse tranquilamente a esperar, mientras Europa pierde el control. Y es que Europa es el más importante socio comercial de China y un cuarto de las reservas chinas en divisas ya están invertidas en euros.
De ahí que el asesor financiero Li Daokui –que en general se ha opuesto a continuar invirtiendo en bonos de deuda europeos– recomiende ahora, sin embargo, invertir en el FEEF. De lo contrario, China tendría que seguir acumulando bonos estadounidenses y ayudaría con ello a la economía norteamericana.
Con el mismo argumento, Wei Jianguo, antiguo viceministro de Comercio, cree también que China debería participar en el rescate del euro. Pero, eso sí, su país debería escoger muy bien el momento de invertir y no perder de vista el conjunto de la situación, declaró Wei en entrevista con la web de Caixin Media Group, con sede en Pekín. Los europeos no quedan muy bien parados en su evaluación: “alejados de la realidad, sin disciplina y arrogantes”. Por eso, Wei tiene sus dudas de que sean capaces de implementar en la práctica todo lo que han decidido.
Autora: Danhong Zahng / Rosa Muñoz Lima
Editor: Pablo Kummetz
Deutsche Welle