El mítico filme protagonizado por Orson Wells, se estrenó el 6 de enero de 1950 en la entonces Alemania Occidental, después de haber pasado en septiembre por el Festival de Cannes. El film está ambientado en la Viena de posguerra, ciudad que recibe a miles de turistas por año sólo atraídos por recorrer los escenarios de la cinta.
¿Existe la «película perfecta»? Muchos fans y críticos de todo el mundo coinciden en que «El tercer hombre» («The Third Man»), de Carol Reed, se acerca bastante a este título.
Ningún otro film ha logrado exponer una época con tanta fidelidad como esta obra maestra en blanco y negro que en 1999 fue elegida mejor película británica del siglo XX. Y casi ninguna otra tiene una banda sonora tan extravagante, con un tema como «Harry Lime Theme» interpretado por Anton Karas en la cítara. Hoy en día sería muy difícil imaginarse cómo era la Viena de la posguerra, con sus cuatro zonas de ocupación, si no hubiera existido «El tercer hombre». Hace 60 años, el 6 de enero, la película de culto se estrenó en alemán en la entonces Alemania Occidental, después de haber pasado en septiembre por el Festival de Cannes.
Viena es consciente de la singularidad del film y es mucho lo que ha emprendido para vender el mito, para la alegría de los innumerables fans que año a año viajan a la ciudad sobre el Danubio sólo por «El tercer hombre». Muchos están realmente obsesionados por la cinta, la ven una y otra vez y están seguros de descubrir en cada nueva proyección algo nuevo, algún ínfimo detalle que hasta el momento habría pasado desapercibido. Con este fin, hace 15 años que la sala Burgkino ubicada en la céntrica Opernring de la capital austríaca proyecta «The Third Man» en versión original en inglés, tres veces por semana.
Desde 1988 se realiza el «Third Man Walk», un recorrido por los escenarios originales, y entre mayo y octubre también hay una visita guiada por la canalización de Viena, donde tuvo lugar el enfrentamiento con la persecución de Orson Welles alias Harry Lime. «El film sigue siendo la mejor documentación que tenemos en Viena sobre la época de la posguerra», dice Brigitte Timmermann, guía de las visitas y autora del libro «Der Dritte Mann. Auf den Spuren eines Filmklassikers» («El tercer hombre. Tras las huellas de un clásico del cine»).
A todo esto, muchas escenas fueron filmadas en un estudio londinense, sobre todo porque en su momento Orson Welles tenía auténticos caprichos de estrella, y una y otra vez le planteaba al director Reed deseos adicionales. «Se prestaba atención a cada detalle, por más ínfimo que fuera», explica Timmermann. «El equipo de filmación quería estar seguro de que todos pensaran que cada minuto había sido rodado en Viena». Desde 2005 además funciona en las cercanías del Naschmarkt de Viena el «Museo del Tercer Hombre», dirigido por Gerhard Strassgschwandtner y su mujer, Karin Höfler.
Strassgschwandtner es un empedernido seguidor de la película y desde hace 13 años colecciona todo lo que esté emparentado con el film, aunque tan sólo tenga una relación lejana. Entre otros nombra como propia a la cítara original, la que usó Anton Karas para tocar la melodía que da título a la banda sonora. «Entre tanto tenemos una red de ’espías’, de Australia a Francia, que nos informan si hay algo nuevo para comprar», dice Höfler.
Curiosamente los mismos austríacos son los menos interesados en «El tercer hombre»: «Nuestras visitas vienen sobre todo de Estados Unidos y Reino Unido, luego de Alemania, España y Escandinavia, pero los austríacos que vienen aquí son sólo unos pocos», explica Höfler. En cuatro salas ordenadas temáticamente, los fans pueden saciar su curiosidad por todas partes, desde los pósters, discos longplay, libros y fotos se encuentran con la mirada de un sombrío Orson Welles. La estrella de Hollywood representa en «El tercer hombre» a un encantador y astuto comerciante del mercado negro, y Joseph Cotton personifica a su mejor amigo, el escritor de novelas policíacas Holly Martins. Cuando éste, reclamado por Lime, viaja a Viena, constata que su amigo ha muerto en un accidente de tránsito. Tras el entierro, un comandante británico le hace saber que Lime estaría envuelto en negocios sucios.
A partir de ahí, el propio Martins pone en marcha investigaciones y descubre que Lime era traficante de penicilina y que, mediante una muerte fingida, buscaba escapar a las pesquisas policiales. En el film también participan la guapísima Alida Valli en el papel de la amante de Harry Lime, así como numerosos actores alemanes y austríacos como Paul Hörbiger, Erich Ponto, Hedwig Bleibtreu y Ernst Deutsch. El guión es de Carol Reed en colaboración con el escritor británico Graham Greene, que luego adaptaría el material para una novela.
De acuerdo con investigaciones exhaustivas, Brigitte Timmermann cree que la relación entre Lime y Martins reflejaría la relación entre Greene y el espía profesional Kim Philby, que era su amigo y a través del cual el escritor obtuvo acceso al mundo de los servicios secretos.
Quien en Viena no haya tenido suficiente de «El tercer hombre», entre el cine, la visita al canal y el museo, podrá ver la obra de teatro «Harry Lime lebt! Und das in diesem Licht!» del autor alemán Jörg Albrecht, a partir del 23 de enero en el Schauspielhaus de Viena. El título está muy bien escogido pues es en Viena donde hoy, como hace 60 años, «El tercer Hombre» que ganó el Oscar, aún sigue vivo.