Según explicó, el proceso comenzó a pedido de uno de los vicepresidentes, Joan Franquesa, quien tenía la impresión de que era seguido por desconocidos.
Ante eso, el club, siempre de acuerdo a la palabra de Oliver, habría decidido contratar a una agencia de detectives. Curiosamente, no se informó del hecho ni al presidente Joan Laporta ni a los otros tres vicepresidentes.
El escándalo llegó así a la portada de los diarios catalanes, y promete traer consecuencias en uno de los clubes más importantes y poderosos del mundo.
Aeronoticias considera que el espionaje, entra dentro de la consideración de un delito en razón a que nadie tiene derecho al seguimiento no consentido, pese a que esta acción pueda encerrarse en un marco de investigación por otros delitos mayores, en conclusión la justicia española tendrá que hacer las investigaciones del caso y dilucidar donde está realmente el delito en este ya sonado caso.