(Aeronoticias) El 24 de Mayo de 1940 Lima fue destruida por un gran terremoto de 8.2 grados en la escala de Ritcher, desfigurando el rostro de la capital peruana con templos desplomados y viviendas arrasadas.
El sismo fue seguido por un maretazo que también cambió el perfil de la costa con olas de hasta tres metros de altura, en tanto que luego el mar retrocedió unos 150 metros para enseguida inundar balnearios como La Punta, Chorrillos y Barranco.
La enorme energía liberada por este sismo golpeó también ciudades fronterizas como Arica, en Chile y Guayaquil, en Ecuador.
El puerto principal del Perú, Callao, fue muy afectado en sus muelles y aduanas haciendo huir despavoridos a los trabajadores que no atinaban a encontrar refugios seguros.
Simultáneamente, de los acantilados de la costa se precipitaban rocas y tierra con una inmensa polvareda que parecía una catarata interminable, conforme relatan ahora algunos sobrevivientes de este terremoto.
Al final las autoridades dieron cuenta que se habían producido un total de 179 muertes y más de 3 mil 500 heridos.
Este terremoto empezó a las 11 y media de la mañana.
