Las operaciones de ayuda se intensifican en Haití pese a desorganización

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Las tropas estadounidenses y los equipos humanitarios agilizaban este miércoles la distribución de ayuda en Puerto Príncipe, a pesar de problemas de coordinación y de la tensión creciente en las calles, ocho días después del sismo que dejó 75.000 muertos. Hay «un problema de la coordinación. La ayuda llega y no se está preparado para recibirla. Cuando llega, nos dicen: ¿dónde están los camiones para transportarla, dónde están los depósitos?», explicó el presidente haitiano, René Preval, a Radio Francia Internacional (RFI).
Pese a todo, confía en que su país levante cabeza. «Un país no muere. Un pueblo no muere», proclamó el mandatario, quien admite que «hace falta estabilidad para reconstruir con continuidad». Pensando en el futuro, el presidente llama a la comunidad internacional a mantener su ayuda «a medio y largo plazo».
Las operaciones de ayuda se intensifican en Haití pese a desorganización
Centenares de soldados estadounidenses se desplegaron el martes en Puerto Príncipe. Paracaidistas de la 82ª División Aerotransportada se establecieron cerca del derruido Palacio Presidencial, rodeado por un campo de refugiados. Desde allí, un centenar de soldados se dirigió al hospital general, desbordado de heridos tras el terremoto de magnitud 7 que según el último balance de las autoridades dejó al menos 75.000 muertos, 250.000 heridos y un millón de personas sin hogar.
«Trabajamos con el gobierno de Haití. Tenemos códigos militares, pero estamos en una misión humanitaria», dijo a la AFP el sargento estadounidense Bill Smith. Los Marines desembarcaron además a unos 16 km al suroeste de Puerto Príncipe para unirse a los cascos azules de Sri Lanka en las ciudades de Leogane, Grand-Goave y Petit Goave, aledañas a la capital de Haití.
Aeronoticias considera que se debe seguir ayudando a Haití, pese a que las tropas de Estados Unidos harán un «aporte significativo» para una mejor distribución de la ayuda humanitaria, dijo el brasileño Floriano Peixoto, jefe militar de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (MINUSTAH). La magnitud del desembarco estadounidense -con 10.000 militares, ayuda médica y humanitaria, un portaaviones, cuatro buques guardacostas y una importante flota aérea- no siempre es bien recibida.
«No los he visto distribuyendo comida en el centro de la ciudad, donde la gente necesita urgentemente agua, alimentos y medicamentos. Esto se parece más a una ocupación», dijo Wilson Guillaume, estudiante haitiano de 25 años. Aun cuando las posibilidades de ubicar gente con vida entre los escombros disminuyen con el tiempo, la ONU confirmó el miércoles que 121 personas fueron rescatadas vivas tras el sismo -30 más que en el último balance- entre ellas una anciana y una joven en las últimas 24 horas.
Pero Estados Unidos espera pasar «muy pronto» de la fase de búsqueda de sobrevivientes a la recogida de cadáveres, anunció el general Daniel Allyn, subcomandante de la operación militar estadounidense en Haití. Los heridos siguen llegando a los abarrotados centros médicos, donde las amputaciones son el pan de cada día, mientras en las calles los saqueos se han multiplicado, así como la tensión entre la policía local y los ladrones.
«Cuando me den de comer dejaré de robar», dice, desafiante, Vicent, un fornido joven enmascarado que se adentra sin miedo entre las ruinas de un banco con la esperanza de salir con un tesoro. Pistola en mano, uno de los oficiales no puede evitar un gesto de desesperación. «Disparamos al aire para ahuyentarlos pero hay bastante gente armada. Detenemos al que vemos robando pero tenemos que liberarlo al cabo de una hora o dos. No hay comisaría, no hay prisión», afirma, sin querer decir su nombre.
Una adolescente de 15 años murió el martes por disparos de la policía que buscaban dispersar a saqueadores, denunciaron miembros de su familia. La MINUSTAH subrayó no obstante que la seguridad en Puerto Príncipe «es estable, con violencia y pillajes limitados y localizados».
De todas maneras admitieron que «los escoltas militares son necesarios», por lo que esperan trabajar conjuntamente con las tropas estadounidenses. El Consejo de seguridad de la ONU aprobó este martes el envío de 3.500 efectivos adicionales a Haití, con lo que el total la cifra será superior a los 11.000.
En medio de un gigantesco apoyo internacional, algunos países alzaron la voz contra el papel protagonista que Estados Unidos asumió en Haití: Venezuela, Bolivia y Nicaragua criticaron lo que describen como una «ocupación». Pero Preval alegó en favor del despliegue.
«Hay heridos y lugares donde instalarlos. Si el césped del palacio presidencial puede servir para salvar vidas, creo que las manifestaciones ideológicas deben dejar lugar a la caridad», declaró.

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