Madonna llegó el domingo a Israel donde tiene previsto dar un concierto el martes y otro el miércoles en el parque Hayarkon de Tel Aviv ante 100.000 seguidores. Pese a las precauciones tomadas para evitar a los paparazzi, la cantante fue grabada cuando se desplazó al Muro de las Lamentaciones acompañada por varios guardaespaldas. Estuvo una hora en el lugar antes de volver a Tel Aviv, según la prensa.
Madonna se entrevistará el lunes por la tarde con la jefe de la oposición, la ex ministra de Exteriores Tzipi Livni, y el viernes con el primer ministro, Benjamin Netanyahu. Adepta de la Cábala, también debe participar a un simposio sobre esta corriente de la mística judía acompañada por el actor Ashton Kutcher y la actriz Demi Moore.
El cantante Justin Timberlake podría también unirse a este grupo, añadieron los diarios. Madonna tomó el nombre hebreo de Esther en 2004, el año en el participó a un retiro místico de unos días consagrado a la Cábala en Israel. Desde el punto de vista del judaísmo ortodoxo, su conducta es prácticamente un sacrilegio.
No se ha convertido al judaísmo y aunque lo hiciese, la tradición le negaría el derecho a estudiar la Cábala, acordado sólo a los hombres casados de más de cuarenta años que hayan estudiado durante años el Talmud, la base de la legislación religiosa del judaísmo.
La Cábala, cuyo principal texto, el Libro del Zohar («Esplendor» en hebreo), redactado en el siglo XIII en España, tiene fama de volver locos a quienes se adentran en sus misterios sin formación previa.