“Esta es una señal de que la relación no está fuertemente ligada con la comida, sino que las hamburguesas son precursoras de otros factores del estilo de vida y el medio ambiente, como la obesidad y el sedentarismo», expresó Gabriele Nagel, del Instituto de Epidemiología de la Universidad Ulm, en Alemania, que lideró el estudio.
Añadió que existieron asociaciones “posiblemente biológicas” entre los posibles efectos de una dieta saludable, que podrían deberse a los antioxidantes hallados en las frutas y verduras, y los ácidos grasos poliinsaturados omega 3, que tienen propiedades antiinflamatorias.
“Las frutas y verduras contienen antioxidantes y otros factores biológicamente activos que podrían contribuir al efecto favorable (…) en el asma”, afirmó Nagel.
Agregó, los alimentos ricos en vitamina C fueron asociados a una mejor función pulmonar y menos síntomas de asma.
Alrededor de 1,1 millones de niños actualmente reciben tratamiento por asma en Gran Bretaña, mientras que en Estados Unidos es la enfermedad infantil crónica más común, con unos 10 millones de casos.
El equipo de Nagel analizó datos de 50.000 niños de 8 a 12 años de 20 países ricos y pobres de todo el mundo. Si bien la dieta no fue asociada con una mayor tendencia a las alergias en general, sí pareció influir en la prevalencia del asma y las dificultades respiratorias.
“En general, el consumo más frecuente de frutas, verduras y pescado estuvo relacionado con una baja prevalencia del asma, mientras que una fuerte presencia de hamburguesas en la dieta estuvo asociada con una mayor prevalencia”, escribieron en el estudio, que fue publicado en Thorax, un título del British Medical Journal.
Dicha investigación se sumó a un creciente cuerpo de evidencia que muestra los beneficios de la llamada dieta Mediterránea, rica en frutas, verduras, granos integrales, nueces y pescado, que incluye un menor riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes, cáncer y depresión.