Se retira piloto salvadoreño que en 1988 aterrizó a salvo un avión comercial tras falla de motores

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(Aeronoticias): Pocos conocen que antes de la hazaña en el Hudson, de enero de 2009, del capitán Chesley “Sully” Sullenberger, y que Clint Eastwood llevó al cine, ya otro piloto, y salvadoreño, Carlos Dárdano, pero en 1988, había sentado el precedente mundial de aterrizar a salvo un avión de aerolínea, tras pérdida total de motores.

Ese fue, precisamente, el capitán Dárdano, cuando contaba con solo 29 años y comandaba el avión más moderno de esa época, un Boeing 737-300, y que había sido incorporado, recientemente, a la flota de TACA, quien ahora se retira de Avianca con 65 años de edad, como establece la regulación internacional, y casi 50 de trayectoria como piloto.

Algunos medios estadounidenses de aquella época calificaron a los pilotos de esta hazaña del TACA 110, como los “Héroes de Louisiana”, pues también acompañaban a Dárdano: el copiloto Dionisio López y el capitán Arturo Soley, ambos ya fallecidos.

Para ese momento, hay que recordar, además, que Dárdano ya había perdido un ojo, después de un ataque guerrillero a finales de los 70, cuando volaba en taxis aéreos y muy posiblemente para 1988 era el único capitán de aerolínea o de los pocos pilotos certificados en el mundo para volar con esa limitante visual.

El 24 de mayo de 1988, Dárdano realizó un aterrizaje forzoso, pero además exitoso, de una aeronave que sufrió desperfectos en ambos motores debido a una fuerte tormenta, donde la tripulación y sus pasajeros resultaron ilesos. “Solo se dañó un poco la pintura”, dijo Dárdano en un video especial sobre su retiro por jubilación, al recordar que ese daño fue provocado por el granizo de la intensa tormenta de 1988.

“Todos estamos preparados en esta carrera de entrenamiento para cualquier emergencia, pero esta fue distinta porque no se había dado en el mundo algo así en ese tipo de condiciones. Eso favoreció para que de esa emergencia se modificaran turbinas y ayudó a la industria para que los vuelos fueran más eficientes y más seguros”, comentó.

Aquel día, gracias a su experiencia logró hacer las maniobras y alcanzar un efectivo aterrizaje de emergencia y permitir que las 45 personas a bordo resultaran ilesas. Crédito que comparte con su copiloto de aquella época, Dionisio López, y el también capitán Arturo Soley, quien viajaba como Dead Head (DH, como tripulación a bordo, pero como pasajero).

Causa y cambios en industria

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (o NTSB por sus siglas en inglés), organismo que investiga los accidentes aéreos en Estados Unidos concluyó que la causa principal del incidente del vuelo 110 de TACA fue un doble fallo de motor debido a la ingestión masiva de agua que se produjo al atravesar la aeronave una zona de lluvia muy intensa y granizo.

El hecho sirvió para desarrollar un rediseño de los motores y sistemas FADEC (Full Authority Digital Electronic Controlled), de esta forma se prevé que similares condiciones meteorológicas no producirán una salida de servicio de los impulsores.

La hazaña tiene similitudes con la crisis que vivió el vuelo 1549 de US Airways y su piloto, Chesley “Sully” Sullenberger, que en 2009 chocó con una parvada de gansos. Sin embargo, Dárdano y su tripulación sufrieron la falla a gran altitud, cuando abandonaba el nivel de crucero para aproximarse y aterrizar a New Orleans, mientras que el 1549 de “Sully” fue a muy baja altitud, cuando recién despegaba de La Guardia, en Nueva York.

Ambos, según coinciden, cada uno por su parte, recurrieron a algo que se aprende, en condiciones de emergencias, desde los inicios de todo piloto aviador y que se conoce como “back to the basics” (de vuelta a lo básico): controlar la aeronave en planeo, ya sin ningún empuje de los motores, procurar un régimen de descenso constante y una vez logrado eso tomar la decisión de dónde aterrizar o acuatizar. Aparte, ambos pilotos también practican el vuelo acrobático.

En el caso de Dárdano, inicialmente iba a ser acuatizaje, en un canal, en medio de un campo, cuando bajaron lo suficiente, rompieron la capa de nubes y lo divisaron; sin embargo a último momento, el copiloto López le indicó a su capitán que por el color del pasto en el terreno paralelo al canal, podría estar más firme, por lo que Dárdano a escaza altitud realizó la maniobra magistral para un avión de ese tamaño del “side slip”, para alinearse con ese campo y que consiste en cambiar de rumbo, pero sin caer demasiado rápido ni perder la estabilidad que se puede llevar el avión en ese momento sin potencia y muy baja altitud.

Según versiones de pasajeros de aquel momento, el N75356 (matrícula del 737-300 del percance) aterrizó tan suave que no se dieron cuenta de que habían llegado, en realidad, a un campo rural y no a la pista de un aeropuerto regular. Luego, los pilotos se enteraron de que dónde habían aterrizado era una instalación de la NASA donde se ensamblaban los motores y tanque externos del trasbordador espacial.

Por esta hazaña y una gran trayectoria en la industria de la aviación, este pasado viernes 1 de septiembre fue el último vuelo de Dárdano en una ruta regular de Avianca, desde Miami, para jubilarse ya de la aviación comercial en una aerolínea.

“Capitán Carlos Dárdano, gracias por tantas décadas de servicio, llevando a miles de personas hacia sus destinos”, dijo un controlador de ATC (Air Traffic Control), a la llegada de Dárdano al Aeropuerto Internacional El Salvador “San Oscar Romero”.

Además, Bomberos, trabajadores del Aeropuerto El Salvador y compañeros pilotos lo despidieron a su arribo a la posición de estacionamiento y desabordaje.

Fuente: avionrevue.com

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