(Aeronoticias).- Como una mala resaca se recuerda el escándalo de las baterías Boeing 787, a semanas de haber sido superada luego de que las autoridades norteamericanas le dieran su visto bueno para poder volar por Estados Unidos -y de manera conjunta, por casi todo el mundo- tras las enmiendas en las baterías de dicha aeronave.
Pero, de no haberse solucionado dicho problema ¿Hubiera abortado el proyecto 787, a casi 10 años de haberse planificado? Para el presidente ejecutivo de Boeing, Jim McNerney, el asunto estaba claro. «Lo último que pensamos fue en renunciar».
Respecto a qué pudo haber salido mal en el modelo, McNerney expresó, en una entrevista en el Paris Air Show: «Tenemos una idea muy formada de una o dos cosas que podrían haber sido. Francamente, estamos convencidos de que la solución es mucha más amplia y sólida que si nos hubiéramos concentrado en un solo aspecto».
Con información de 02B y la foto de NBC News.