El 7 de marzo Sebastián Piñera asume la Presidencia de Chile y dos días después a este país se le vence el plazo para que presente la contramemoria, es decir la contestación de la demanda peruana en la litis entablada por el Perú por el diferendo marítimo que tiene con Chile.
Dentro de este contexto político, el día de ayer se llevó a cabo una reunión entre la presidenta Michelle Bachelet y su sucesor para discutir la estrategia procesal de este país frente a la demanda internacional interpuesta por el Perú. Piñera dijo que “este es un caso de Estado” y según fuentes del diario El Mercurio este país insistirá en un acuerdo administrativo de asuntos pesqueros, de 1952 y 1954 que no es un tratado de límites pero que Chile usa para plantear a la Corte de La Haya que restrinja o limite su competencia frente al petitorio peruano.
Al respecto consultamos al especialista en Derecho Internacional Julián Palacín Fernández quien expresó «que Chile actúa con mala fe procesal «al plantear en esta etapa que Estados Unidos es el único país que posee competencia, de conformidad al Tratado de Límites de 1929».
Chile esta perdiendo la perspectiva procesal y ante una eventual derrota jurídica en el Tribunal de La Haya, procedería sin veracidad y buena fe en la contramemoria si pide al tribunal limitar su competencia en el diferendo afirmó el especialista, lo que afectará su imagen jurídica internacional ya que los Estados “tienen derecho a una tutela jurisdiccional efectiva en el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses internacionales con sujeción al debido proceso y con esta posición Chile estaría aceptando una derrota jurídica anticipada.
Aeronoticias considera que lo que quiere Chile es desarrollar una estratégia temeraria en el ejercicio de sus derechos procesales internacionales para que el Tribunal de La Haya considere que no es competente para ver el caso, en base a acuerdos administrativos de pesca que no son aplicables al caso dentro de una perspectiva en la que se busca argumentaciones dilatorias a través de esta excepción de incompetencia, que trata de crear en la opinión pública, corrientes de opinión argumentando que Chile tiene la razón cuando jurídicamente están perdidos, ya que la jurisprudencia de la Corte y la doctrina de Derecho Marítimo Internacional le dan la razón al Perú.
