El Presidente Constitucional, Manuel Zelaya, regresaría a Honduras este fin de semana dentro de un clima de violencia, toque de queda, y en donde se han suprimido prácticamente todas las garantías constitucionales.
Aeronoticias considera que es lamentable para las democracias latinoamericanas el desafío de los golpistas a la OEA, quienes han manifestado que no negociarán nada, lo que prueba que estamos ante el precedente más grave de los últimos años en materia de respeto al orden constitucional, por lo que consideramos que los países de América Latina tendrán que seguir el ejemplo de la comunidad europea, que habría anunciado en horas de la mañana el retiro de todos sus embajadores.
Mas allá de las denuncias contra el presidente Zelaya, lo que está en juego son los principios y el precedente para la democracia mundial, se tienen que extremar las medidas diplomáticas y la presión internacional contra los golpistas, quienes deberán ser puestos a disposición de la justicia hondureña por los graves delitos cometidos en agravio del Estado hondureño, sin perjuicios de estudiar acciones si fuera el caso ante la Corte Penal Internacional.
Al respecto consultamos al especialista en Derecho Internacional, Julian Palacín Fernández, quien manifestó que las Naciones del Mundo debían debatir la necesidad de tipificar como delitos del Derecho Internacional los golpes de Estado y se debería perseguir en todos los Estados firmantes de este instrumento internacional, a quienes utilizando las armas u otros artificios atentan contra el orden constitucional de las Naciones.
Creo que la OEA debería poner en agenda esta propuesta para que los golpistas de todo el continente sepan que tarde o temprano serán sometidos a los tribunales de justicia y que si tipificamos al delito adecuadamente podrían ser juzgados en cualquiera de los países en que sean detenidos.
Por último dijo el jurista, se debería debatir esta propuesta, ya que los gobiernos usurpadores y muchas veces hasta violadores de los derechos humanos se escudan en los derechos de soberanía de los Estados, cuyas democracias usurpan sin tener en cuenta que la soberanía de los Estados está sometida al Derecho Internacional y como no lo entienden, como es el caso del usurpador Roberto Micheletti de Honduras hay que hacérselo entender con instrumentos internacionales que sepan que los países democráticos del mundo los pueden someter a proceso, extraditar, sentenciar y condenar, ya que no es posible que por un lado defendamos los valores democráticos, y por otro no tengamos los instrumentos internacionales para sancionar estas conductas que afectan no sólo a Honduras, sino a las democracias del mundo.
