Grandiosa faena de El Juli en la última de feria

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(Aeronoticias).- La expectativa que había despertado el cartel cumbre para el cierre de la Feria se vio reflejada en el marco de público que se apreció en los tendidos. A las 3:30 se dio inicio a la corrida con la plaza prácticamente llena. Parten plaza Enrique Ponce vestido de grana y oro, El Juli de berenjena y oro, Sebastián Castella de morado y oro y Cayetano de blanco y oro. Hay entusiasmo en los tendidos cuando los diestros salen a saludar la fuerte ovación de recibo.
El ganado que se lidió fueron 6 toros de Roberto Puga y dos de Monte Grande, de las hijas de Roberto Puga. El encierro fue bastante disparejo de presentación, pues hubo toros ya cuajados, pero otros aparentemente más jóvenes. Se lidió además un toro de San Esteban de Ovejas -primer sobrero de la corrida-, por haber sido devuelto a los corrales el toro que salió en quinto lugar, que cierto sector del público protestaba por una aparente cojera, aunque realmente nos quedan dudas sobre dicha condición.
 
Grandiosa faena y escapulario para El Juli en la última de feria 

No cabe ninguna duda de que Enrique Ponce ostenta una maestría impresionante. Ha llegado a un punto de poderío y de arte que lo ubica en un sitial de privilegio en la historia del toreo. Es admirable que con más veinte años de alternativa siga saliendo cada tarde a darlo todo. En su primero sacó todo el partido posible a un animal al que había que llevar muy toreado y al cual fue metiendo en la muleta con mucha paciencia hasta dominarlo completamente y bordando el toreo. Mata de una entera de la cual el toro, demostrando mucha casta, cayó después de resistirse bravamente a caer. Fuerte petición y corta una oreja. El quinto -un bonito colorado de Roberto Puga-, es devuelto y en su lugar sale el sobrero de San Esteban de Ovejas, que desde el inicio muestra ciertos resabios, probablemente acusando un exceso de corrales. No tiene fijeza y desparrama la vista continuamente. Enrique Ponce se dobla toreramente y luego vuelve a deleitarnos con una faena artística sacando partido al difícil toro. Mata de una estocada y descabello y es fuertemente ovacionado.
 
Grandiosa faena y escapulario para El Juli en la última de feria 
Julián López “El Juli” nos ha demostrado ayer en Acho el por qué de su extraordinaria temporada española de este año. Es indudable que junto a Enrique Ponce se encuentran en la cumbre del toreo, varios peldaños por encima de los demás. Una pena la ausencia de José Mari Manzanares, que es otra de las grandes figuras del momento y que hubiera realzado aún más el cartel, como en principio se anunció. El Juli ha realizado ayer una faena en su primer toro -un bonito castaño de Monte Grande-, en la que puso la plaza de cabeza. Faena poderosa, variada, donde el temple y el mando del maestro provocaron el delirio en los tendidos de nuestra bicentenaria plaza y que quedará grabada por muchos años en la memoria de quienes tuvimos la suerte de estar ayer en Acho. Sin duda, ha sido la faena de la Feria y, desde luego, la del Escapulario de Oro. Lo increíble fue que luego de matar de una estocada entera, el juez ordenó el corte de sólo una oreja, haciendo caso omiso al clamor del público, que reclamaba la segunda oreja. El diestro -mortificado por la injustificada terquedad del juez- se niega a recibir la oreja y da una vuelta al ruedo entre los gritos de “torero, torero” y, al culminar ésta, el público lo obliga a dar una segunda vuelta, a cuyo término se escucha el estruendoso reclamo de “otro juez”. En el sexto toro vuelve a lucirse el diestro madrileño con el capote, en quites ejecutando la lopecina y con la muleta en una faena poderosa exprimiendo al toro. Lamentablemente pincha y, tras una media estocada y un certero descabello, El Julio terminó con este toro, recibiendo una fuerte ovación.
 
Grandiosa faena y escapulario para El Juli en la última de feria 
Sebastián Castella ha estado en lo suyo, con mucha voluntad y valor como siempre en sus dos toros. A su primero lo remata de una gran estocada y corta una oreja y en el segundo falla con la espada y en varios intentos de descabello, escuchando palmas.
Cayetano nos ha confirmado la opinión que nos mereció en la tarde de su presentación, es un torero más de efectismos que de otra cosa y, por ello, aunque las comparaciones son odiosas, reemplazar con él a un torero de la calidad de Manzanares fue un notorio desacierto. En su primero no recordamos nada especial, realizando una faena donde aburrió al público y en el sexto apreciamos a un torero que padeció algunos apuros, evidenciando una falta de recursos ante un toro que no ofrecía mayores dificultades. Fuertes pitos sellaron su labor luego de lo cual pasaría a la enfermería por presentar un corte en el dedo pulgar, la cual fue ocasionada por su propio estoque.
Consideramos que El Juli se ha hecho notoriamente merecedor del Escapulario de Oro del Señor de los Milagros de este año. De esta manera, se haría justicia ante la incomprensible actitud del juez de plaza, quien tuvo una mala actuación en diversos pasajes de la Feria, aplicando criterios contradictorios de una tarde a otra y, así como en la segunda corrida obsequió una oreja a Cayetano, ayer negó absurdamente el segundo apéndice a la que indiscutiblemente fue la mejor faena de la Feria.

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